«Aunque usted no lo crea»


Hoy, en nuestra querida patria, en pleno siglo XXI, en el mes de más importancia emocional y comercial del año, se ha producido una situación injustificable, imperdonable, tal es la falta de circulante a nivel nacional.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Durante casi cien años el sistema bancario nacional y el Banco de Guatemala ?también conocido como Banco Central? han merecido respeto y confianza; sin embargo, durante el mes de diciembre de 2006, «aunque usted no lo crea», por primera vez en la vida de los guatemaltecos, la mayorí­a de ellos que viven dí­a a dí­a, no han podido disponer de su sueldo, de su aguinaldo, especialmente aquellos a los que se les paga mediante una transferencia o depósito a su cuenta como lo hace el Gobierno central o mediante el pago con cheque que también se hace a la mayorí­a de los asalariados para evitar riesgos de seguridad y manejo innecesario de efectivo. Dicen que las razones son varias.

Según publicaciones en los medios escritos y en la opinión de editorialistas «el problema es tan terrible como inexplicable? y esgrimir la excusa de que es un diciembre inesperado, inusualmente próspero y boyante es chusco, es como pretender que la gente lo crea».

El Presidente de la República deberí­a no haber comentado al respecto utilizando el argumento que es la Banca Central, su Presidenta, a quien debe pedí­rsele explicaciones; sin embargo lo hizo, atribuyendo la situación «aunque usted no lo crea» a «la bonanza económica que vive el paí­s» ¿en qué mundo o en qué espejismo vive el señor Presidente?

El Banco de Guatemala en numerosos campos pagados indica: «Que en el 2006 el crecimiento que mostró la actividad económica se ha visto reflejado en un aumento en el número de transacciones que requiere el efectivo para su funcionamiento», esto es también otro espejismo que trata de ocultar la ineficiencia, la falta de previsión y la falta de responsabilidad que le compete al Banco de Guatemala al no tener el circulante suficiente que sin ninguna excusa debe tener.

Navidades hay todos los años, remesas familiares se producen todos los meses y con especial énfasis en el mes de diciembre y deterioro de los billetes en circulación no es nada nuevo. Por tanto, la situación, la falta de confianza y de credibilidad en el Banco de Guatemala es igual a un terremoto grado 9, a un huracán de máxima intensidad. La única alternativa que tienen las máximas autoridades del banco central es presentar su renuncia con carácter irrevocable, son el fusible que se quemó, deben sustituirse de inmediato para que talvez el gobierno central pueda evitarse un nuevo deterioro.

Recordemos que la Junta Monetaria está predominantemente integrada por Ministros de Estado: de Economí­a, Finanzas y Agricultura. El daño está hecho y las excusas no sólo agravan la falta sino, peor aún, no resuelven la amargura de una Navidad en la que la mayorí­a de los guatemaltecos no pudieron disponer para comprar tamales, dulces y hasta aún «cuetes» con qué celebrar el nacimiento del Niño Jesús.

Continuará?