Aumento salarial de diputados es golpe a Laura Chinchilla


Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica, realizó su primer viaje como mandataria a Madrid. En la gráfica, junto a José Luis Rodrí­guez Zapatero, su homólogo español. FOTO LA HORA: AFP JAVIER SORIANO

El plan de los nuevos diputados del Congreso de Costa Rica de subirse el sueldo en 80%, que ha consumido sus esfuerzos desde que asumieron sus escaños hace tres semanas, amenaza con dañar la imagen de la presidenta Laura Chinchilla apenas iniciado su gobierno, estiman analistas.


En medio de crí­ticas y descontento de la ciudadaní­a, los diputados retomarán el lunes la discusión del proyecto de elevarse su salario de mil a más de 8 mil dólares mensuales, tema que ha acaparado sus debates desde que el 1 de mayo se renovara completamente el Congreso, una semana antes de que asumiera Chinchilla prometiendo transparencia y honestidad.

«A nadie le pasa por la cabeza ir a pedirle al patrón la primera semana de trabajo: hágame el favor y súbame el salario», dijo el analista polí­tico Rodolfo Cerdas.

«Desde el punto de vista polí­tico el despropósito no puede ser mayor. Este es un golpe muy fuerte para el gobierno», declaró el analista Ví­ctor Ramí­rez, quien dijo que Chinchilla tal vez considera que el reajuste es inoportuno, pero ha guardado silencio para no pelearse con el Congreso.

«Lo normal en esto es que un presidente por debajo de la mesa mande un mensaje diciendo «esto es una torpeza enorme». Tal vez hubo un forcejeo, pero era tan grande la maquinaria (de los diputados), que la presidenta se ha quedado callada», dijo Ramí­rez.

Su visita a España a la cumbre América Latina-Unión Europea ha evitado que Chinchilla tenga que pronunciarse sobre la primera iniciativa del nuevo Congreso, que es impulsada por los diputados de su partido, primera fuerza en el parlamento, junto a otras cinco agrupaciones.

«Cuando ella venga de Madrid usted verá que los periodistas le van a preguntar del tema. Si se pronuncia en contra (del aumento) ganará la enemistad de los diputados, si se declara a favor, quedará mal con la opinión pública», dijo Ramí­rez.

Solo 11 legisladores, de 57, se oponen al alza, pero carecen de fuerza para impedirla. En señal de protesta, han sesionado amordazados.

El Congreso discute el reajuste mientras el paí­s encara un alto déficit fiscal y las autoridades piden apretarse el cinturón por la crisis económica.

«Ha habido sondeos que muestran que es casi unánime el repudio. Aparte de los familiares de los diputados, el paí­s entero está en contra», dijo Ramí­rez.

La discusión fue postergada en el Congreso para la próxima semana por un tecnicismo, pero los diputados ya aprobaron que sea tramitada con ví­a rápida.

Chinchilla tiene facultad para vetar esta ley, pero Cerdas cree que evitará enemistarse con el Parlamento.

«No creo que llegue a un veto, porque serí­a muy costoso, le generarí­a un ambiente malo dentro del propio Congreso», dijo el analista.

Aunque ella vetara la ley, no podrí­a impedirla, porque el Congreso puede insistir con 38 votos y al reajuste lo apoyan 45.

Los diputados quieren equiparar su sueldo al de otros supremos poderes del Estado, pero esto «profundiza la desconfianza de los costarricenses hacia la clase polí­tica», indicó Ramí­rez.

«El resultado final es un mayor desprestigio de la Asamblea Legislativa, que siempre aparece en el lugar más bajo (en encuestas) con los partidos polí­ticos, la policí­a y los sindicatos», dijo Cerdas.

El diputado Luis Fishman, ex candidato presidencial socialcristiano, defendió el lunes el aumento diciendo que él no habí­a llegado al Congreso para «hacer votos de pobreza», pero un par de dí­as después matizó sus palabras y afirmó que no aceptará el aumento salarial.