Aumento de combustibles desata protestas en Asia


El fuego fue el aliado de los indonesios para protestar en contra del alza del petróleo.

Las manifestaciones se multiplicaban hoy en Indonesia tras el anuncio de un alza de 30% del precio de los carburantes la semana pasada, provocada por una reducción de subsidios públicos que afecta sobre todo a los más pobres.


Un estudiante ondea una bandera de Indonesia en medio de la protesta.

El presidente Susilo Bambang Yudhoyono decidió el lunes aplazar un viaje a Europa previsto para comienzos de junio para «concentrarse en los problemas económicos y el desarrollo del paí­s», indicó su portavoz.

El mismo dí­a, el mandatario defendió su decisión de reducir los subsidios a la gasolina, necesaria para aligerar el presupuesto, al estimar que se trata de «la solución más responsable para salvar nuestra economí­a y proteger a nuestro pueblo».

El ministro de Energí­a, Purnomo Yusgiantoro, anunció hoy que el paí­s, cuya producción de crudo está en declive desde 1995 y se ha convertido en importador neto de petróleo, se retirará de la Organización de Paí­ses Exportadores de Petróleo (OPEP).

Las manifestaciones de protesta por el alza del costo de los combustibles, iniciadas la semana pasada, continuaban esta semana.

Al menos dos manifestantes fueron detenidos ayer cuando una treintena de ellos tiraban piedras contra la policí­a durante una manifestación en la Universidad de Makassar, en la provincia de Sulawesi del Sur.

Otras manifestaciones estallaron en la isla de Sumatra, donde estudiantes furiosos intentaron sin éxito pasar los retenes policiales para bloquear el convoy del vicepresidente Jusuf Kalla.

En Surabaya, la segunda ciudad del paí­s, cientos de estudiantes y pescadores bloquearon una autopista e interceptaron un camión que transportaba queroseno, según el sitio de informaciones Detikcom.

Ayer, en Yakarta, los estudiantes volvieron a reunirse ante una comisarí­a para reclamar la liberación de 34 de ellos detenidos el sábado en choques con las fuerzas del orden.

Además, un grupo de abogados presentó ante la justicia una acción colectiva contra el presidente «en nombre del pueblo» para obtener millones de dólares a fin de compensar el alza del carburante.

Para los indonesios, el aumento del precio de los combustibles no concierne sólo al transporte. El petróleo doméstico es una fuente de energí­a muy extendida, utilizada por los hogares más pobres para iluminarse y cocinar.

Los hogares más pobres también son golpeados por la fuerte alza reciente del precio de los productos alimenticios, sobre todo el arroz.

Indonesia, cuarto paí­s más poblado del planeta, subsidia masivamente la venta de carburantes y gasta una parte muy importante de su presupuesto en mantener la gasolina a un precio artificialmente bajo.

Antes del alza de 33,33%, un litro de gasolina subsidiada se compraba a sólo 4.500 rupias (medio dólar), aunque el Estado es un importador neto de petróleo. El Estado cubrí­a la diferencia entre las cotizaciones del barril y el precio en las gasolineras. El litro de gasolina subsidiada cuesta ahora 6 mil rupias.

Se trata de la tercera alza decidida por el presidente Yudhoyono desde su elección en 2004. El último aumento de 126% en 2005 ya implicó manifestaciones, pero que no se extendieron en el tiempo.

Según el Banco Mundial, el presupuesto de subsidios en Indonesia supera la suma de los presupuestos de educación, salud e infraestructuras.

Para compensar el aumento, el gobierno quiere distribuir 1.500 millones de dólares de asignaciones para los más pobres.

Los precios del petróleo se han multiplicado por seis en seis años, pasando de 20 dólares a comienzos de 2002 en Nueva York, a un récord histórico de 135 dólares el jueves pasado.