2008 fue el año más mortífero para las tropas estadounidenses en Afganistán desde el principio de la guerra contra los talibanes en 2001, mientras que las pérdidas en Irak alcanzaron su cifra más baja en seis años, gracias a una relativa mejora de la seguridad.
Durante el año pasado, la cifra combinada de soldados norteamericanos muertos en Irak y Afganistán fue la más baja desde el comienzo del conflicto en Irak en 2003, con 469 muertos, según el conteo del sitio web independiente icasualties.org, que censa las pérdidas militares en estos dos frentes.
En Afganistán, 155 estadounidenses murieron en 2008, contra 117 en 2007, un balance récord, cuando la rebelión llevada a cabo por los talibanes ganó terreno en estos últimos dos años.
En ocho años, Estados Unidos perdió 630 hombres en Afganistán.
Estas cifras podrían continuar aumentando, reconocen algunos altos mandos, mientras que Washington se prepara para reforzar su presencia (que casi se multiplica por dos) enviando hasta 30.000 soldados suplementarios de aquí al verano boreal, además de los 70.000 militares extranjeros ya desplegados en el país bajo la bandera norteamericana o de la OTAN.
El número de muertes también aumentó entre las fuerzas extranjeras en Afganistán: 138 muertos el año pasado contra 115 en 2007.
Una ilustración del rebrote de violencia es que el número de ataques con bombas artesanales se duplicó en un año a casi 2.000, según la embajada de Estados Unidos en Kabul.
Estos dispositivos (Improvised Explosive Device, IED) representan hoy en día la primera causa de mortalidad de soldados estadounidenses en Afganistán, indicó a mediados de diciembre el general Thomas Metz, director de la Organización de lucha contra las bombas artesanales.
De modo inverso, en Irak, donde están instalados 146.000 soldados estadounidenses, el número de bajas militares descendió dos tercios el año pasado, confirmando la disminución de la violencia constatada desde finales de 2007.
Según icasualties.org, 314 soldados fueron asesinados en Irak en 2008 contra 904 el año precedente, cuando se registró el peor balance anual para las fuerzas estadounidenses desde la invasión del país en marzo de 2003.
En total, 4.221 soldados norteamericanos murieron en este conflicto.
El número de víctimas iraquíes también disminuyó el año pasado. Unos 6.772 iraquíes fueron asesinados en 2008 contra 17.430 en 2007, según un balance establecido por la AFP a partir de cifras ministeriales.
Más allá del envío de importantes refuerzos estadounidenses en 2007, esta mejora es la consecuencia de la movilización de militares sunitas contra Al-Qaida y el cese de las hostilidades de la poderosa milicia chiita del líder Moqtada Sadr, el Ejército de al-Mahdi.
En este contexto relativamente estable, aunque todavía marcado por atentados y ejecuciones cotidianas, Irak es desde el 1 de enero un poco más dueño de su soberanía con el fin del mandato de las Naciones Unidas sobre la presencia de extranjeros en el país.
Conforme al tratado firmado en noviembre entre Bagdad y Washington, las autoridades iraquíes tienen ahora un control mayor de su seguridad, mientras que Estados Unidos se comprometió a retirar totalmente sus tropas de aquí a finales de 2011.
Las tropas estadounidenses deben, a partir de este tratado, pedir permiso a los iraquíes para toda operación militar, y obtener la autorización de un juez para detener a un sospechoso.
Los soldados estadounidenses abrieron fuego e hirieron de gravedad ayer a una periodista iraquí que aparentemente se negó a colaborar en un control de seguridad en Bagdad, indicaron hoy el ejército estadounidense y la cadena de televisión para la que trabaja.
El incidente ocurrió en el barrio de Karrada, en el centro de Bagdad, indicó el ejército en un comunicado.
«Durante unas operaciones conjuntas con las fuerzas iraquíes de seguridad cerca de un punto de control, unos soldados de la fuerza multinacional abrieron fuego e hirieron a una mujer iraquí después de que actuara de modo sospechoso», afirmó el ejército.
«Las tropas estadounidenses dispararon al aire, pero ella no lo oyó porque tiene problemas auditivos», declaró a la AFP el portavoz de la cadena de televisión iraquí Beladi, Mohsen al-Darraji, en la que trabaja la periodista.
Según el mando estadounidenses, la iraquí «no respondió a los avisos repetidos, los soldados estadounidenses dispararon dos veces e hirieron a la mujer». El ejército añadió que la zona del incidente ha sufrido recientemente varios «atentados con coche bomba cometidos por Al Qaeda».
Según la cadena de televisión, la víctima se llama Hadil Imad, tiene problemas de audición, y se «encuentra en estado crítico en una unidad de cuidados intensivos».
El canal Beladi, propiedad del antiguo primer ministro iraquí Ibrahim Jafari, condena en un comunicado «este crimen brutal» del que responsabiliza a las fuerzas estadounidenses.
El contingente de Polonia en Afganistán en el seno de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, que actualmente cuenta con 1.600 hombres, podría aumentar a 2.200 soldados, indicó hoy el ministro polaco de Defensa, Bogdan Kilich.
El gobierno polaco tomará esta decisión después de examinar la situación sobre el terreno en el mes de enero, declaró Lilich en una entrevista al periódico Dziennik.
«En enero procederemos a un examen de la eficacia de nuestro contingente en Afganistán, tres meses después de su concentración en la provincia de Ghazni (este). Tras este examen, el gobierno decidirá si dejar los efectivos actuales o, tal y como sugieren los expertos, aumentarlo con entre 400 y 600 soldados», declaró el ministro.
«Hay expertos que dicen que nuestro contingente debería aumentar para llegar a los 2.000-2.200 soldados», precisó.
En noviembre, Varsovia ya aumentó su presencia en Afganistán de 1.200 a 1.600 hombres.
En total, Polonia ha perdido ocho militares en Afganistán, la mayoría de ellos muertos por bombas-lapa situadas en sus vehículos.