Las ganancias por la producción de opio en Afganistán crecieron 133% el año pasado a casi 1.400 millones de dólares, casi una décima parte del PIB del país, de acuerdo con un informe de la ONU recibido hoy.
El aumento en el precio se debió a una enfermedad de las plantas que acabó con la mayoría de los cultivos de amapola en 2010, afirmó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Aunque el nivel de rendimiento en los cultivos regresó en 2011 a los niveles anteriores a la plaga, los precios se han mantenido elevados, señaló el sondeo.
Resulta difícil obtener estadísticas definitivas en Afganistán, pero el informe señaló que el valor del cultivo podría ser ahora equivalente al 9% del producto interno bruto del país.
«Así, el opio es una parte significativa de la economía afgana, proporciona financiamiento considerable a la insurgencia y alimenta la corrupción», afirmó Yury Fedotov, director de la agencia de la ONU con sede en Viena.
Pidió un mayor compromiso de los socios afganos e internacionales «para revertir esta preocupante tendencia».
Las ganancias generadas por el opio también son utilizadas para ayudar a la insurgencia talibán.
El país aporta un 90% del opio del mundo, el principal ingrediente de la heroína. La ONU y el gobierno afgano han tratado durante mucho tiempo de erradicar el lucrativo cultivo del territorio.
La mayoría de los agricultores encuestados dijeron estar motivados principalmente por los elevados precios que se obtienen con el cultivo de la amapola, en comparación con los del trigo, que descendieron el año pasado.
El sondeo mostró que en 2011 se produjeron 5.800 toneladas métricas (6.400 toneladas) de opio, en comparación con 3.600 toneladas métricas (4.000 toneladas) en 2010.
Indicó que los crecientes precios impulsaron a los agricultores afganos a incrementar el cultivo de las amapolas ilícitas en 7% en 2011, a pesar de un gran esfuerzo del gobierno afgano y sus aliados internacionales por erradicarlo.