
El número de civiles muertos en Irak aumentó en un 30% en mayo, con casi 2 mil víctimas fatales, a pesar del despliegue masivo de las fuerzas de seguridad para tratar de contener la violencia, sobre todo en la capital.
Un total de 1.951 civiles fueron muertos y 2.011 resultaron heridos el mes pasado en todo el país, según un balance obtenido hoy, que toma en cuenta las cifras del ministerio de Defensa, del Interior y de Salud.
En promedio, 68 civiles tuvieron una muerte violenta cada día en Irak en el mes de mayo. En abril, 1.498 civiles perdieron la vida en Irak debido a la violencia.
El número de soldados iraquíes muertos disminuyó de manera importante, de 63 en abril a 46 en mayo, una cifra muy inferior al de los militares estadounidenses muertos el mes pasado, uno de los más sangrientos para el ejército norteamericano desde la invasión de Irak en marzo de 2003.
Al menos 119 soldados estadounidenses murieron en Irak en mayo, el mes más mortífero desde noviembre del 2004, cuando murieron 137 militares.
En total, al menos 3.471 militares y personal asimilado estadounidense han muerto en Irak desde marzo de 2003, según un conteo en base a cifras del Pentágono.
Por otra parte, 127 policías iraquíes murieron en mayo, contra 128 en abril, y 215 fueron heridos.
Según las cifras iraquíes, el número de presuntos «terroristas» muertos fue de 297, en aumento con respecto a los 219 de abril. El número de detenciones de «terroristas y sospechosos» disminuyó de 2.939 a 2.355.
La violencia en Irak aumentó en mayo a pesar del plan de seguridad para Bagdad de las fuerzas iraquíes y norteamericanas iniciado el 14 de febrero.
Según cifras de Naciones Unidas, la violencia en Bagdad dejó 16 mil muertos en 2006, casi la mitad de los muertos contabilizados en todo el país en el mismo periodo.
Unos 85.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes y soldados estadounidenses están desplegados actualmente en la capital en un plan que no ha dado los resultados esperados.
Al parecer, Estados Unidos probará una nueva estrategia de «cese del fuego» con los insurgentes, según el número dos de las fuerzas norteamericanas en Irak, el general Raymond Odierno.
En la provincia sunita de Al Anbar (oeste), los ex insurgentes se aliaron con el ejército norteamericano y las fuerzas de seguridad iraquíes para luchar contra la red terrorista Al Qaida.
«Pienso que un 80% de los insurgentes están dispuestos a la reconciliación, ya sea el ejército de Mahdi o los insurgentes sunitas», declaró el general Odierno el jueves en una teleconferencia desde Bagdad con periodistas en Estados Unidos.
Por otra parte, prosiguen en Bagdad las operaciones para tratar de ubicar a los cinco británicos secuestrados el martes por hombres uniformados en un edificio del ministerio de Finanzas, en el centro de la capital.
El miércoles, el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, dio a entender que el Ejército de Mahdi, la milicia del caudillo chiita radical Moqtada Sadr, y no un grupo allegado a Al Qaida, podría ser responsable del secuestro.
La organización de Moqtada Sadr desmintió toda participación en el secuestro.