Un altercado diplomático escaló hoy al extremo de que los embajadores de Ecuador y Perú fueron llamados a consultas, en expresiones de malestar mutuo que se originaron por la decisión de Quito de no relevar al jefe de su misión diplomática después de que estuvo involucrado en un altercado con dos mujeres.
QUITO Agencia AP
La jornada comenzó cuando en Quito, la Cancillería informó en un comunicado su decisión de no retirar al embajador Rodrigo Riofrío «luego de comprobar que en el incidente que se registró el 21 de abril (el embajador) reaccionó en legítima defensa ante la agresión de dos mujeres en un local comercial» de Lima.
La decisión se produjo después de que el vicecanciller Marco Albuja realizó una visita a Lima para investigar lo ocurrido y mantener contactos «del más alto nivel con la cancillería de Perú».
En esa fecha dos mujeres en Lima y el embajador ecuatoriano intercambiaron insultos y agresiones físicas en el interior de un supermercado. Las dos peruanas denunciaron a Riofrío como el agresor, versión de la cual se hicieron eco medios peruanos y ecuatorianos.
En un escueto comunicado difundido en Lima, la cancillería de Perú, dijo que «el gobierno del Perú informa que en la fecha, y con ejecución inmediata, ha llamado en consulta a Lima al embajador del Perú en el Ecuador, Javier León Olavarría».
Esa decisión en términos diplomáticos suele significar una protesta sobre un tema específico que no ha podido ser resuelto por mecanismos de diálogo directo o el intercambio de notas diplomáticas.
El que Perú llame a su embajador demuestra una inconformidad, una molestia grave con la actitud de Ecuador en mantener a su embajador», comentó Mauricio Gándara, ex embajador y experto en temas internacionales.
En el caso de Ecuador «no veo la razón para llamarle, a no ser que quieran que las cosas se enfríen y hasta para protección personal del mismo embajador», añadió.
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, en su cuenta de Twitter, dijo que «los gobiernos del Ecuador y Perú hemos decidido llamar en consulta a nuestros embajadores, después del lamentable incidente del 21 abril».
Añadió que «los gobiernos de Ecuador y Perú evitaremos que un incidente aislado pueda afectar el excelente nivel de las relaciones entre nuestros países».
La ministra de la Mujer de Perú, Ana Jara, escribió en su cuenta de Twitter: «No existe argumento alguno que justifique actos de violencia y menos contra la mujer. Confío en las acciones que adoptará nuestra Cancillería». El mensaje parecía ser una reacción a la decisión ecuatoriana de no relevar a su diplomático.
La cancillería ecuatoriana dijo que «luego de revisar detenidamente el vídeo del local comercial sobre estos lamentables hechos y conocer el testimonio firmado por un oficial de la policía de Perú en el que da fe del ataque del que fuera víctima el embajador ecuatoriano, la cancillería ecuatoriana llegó a la conclusión de que el jefe de la misión de Ecuador en Perú fue víctima de una agresión que le obligó a reaccionar en legítima defensa».
Añadió que Ecuador considera que no hay motivos para el retiro de su embajador en Lima y ante este incidente de carácter personal «ratifica su disposición a mantener canales de diálogo permanentes entre ambas cancillerías».
El alcalde del distrito limeño de Magdalena del Mar, donde ocurrió el incidente, Francis Allison, señaló a periodistas que «nos pararemos en la puerta de ese señor hasta que salga del territorio nacional».
Allison desestimó el argumento de legítima defensa esgrimido por los ecuatorianos aduciendo que «todos los testigos refieren que el embajador ha pateado a la hija de la señora… Yo me pregunto, ¿patear a una mujer es legítima defensa? Lo único que tiene el hombre sobre la mujer es la fuerza física, un hombre no puede hablar de legítima defensa contra mujeres y patearlas con el argumento de la legítima defensa».
Añadió que «entendamos que es un precedente nefasto para la lucha contra los cobardes que tocan mujeres en nuestro país y en el mundo».