El año 2013 cerró en Guatemala con un aumento del 10 por ciento en muertes violentas de mujeres, señala un estudio sobre el tema, elaborado por el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM), en el que destaca que enero fue el mes con mayor número de víctimas y enero con el menor.
De acuerdo con el documento, 2013 cerró con una cifra acumulada de 748 muertes violentas de mujeres, 77 más que en 2012, lo que representa un 10 por ciento de incremento en relación con el total registrado un año antes, que fue de 671; según los registros históricos de GGM, desde 2008 y 2009 que no se reportaba un nivel de incidencia similar, 832 y 783 muertes violentas de mujeres, respectivamente, ya que 2010 y 2011 mostraron descensos sostenidos y por debajo de las setecientas víctimas, 695 y 660, respectivamente.
En los últimos dos años, lo cotidiano ha sido encontrarnos en los medios de comunicación con la noticia de por lo menos dos muertes violentas de mujeres como promedio diario y más de 12 muertes de hombres, independientemente del lugar y las circunstancias de las muertes, esta macabra rutina devela una especie de perversidad que se afinca, en que las muertes por violencia, en lugar de ser una novedad que causa horror y repudio con cada suceso violento, se ha convertido en parte del escenario social.
Según el análisis, en materia de muertes violentas en general y muertes violentas de hombres, las cifras acumuladas durante el período 2013 descendieron en comparación con los niveles alcanzados el año inmediato anterior; de 5 mil 328 muertes violentas de hombres en 2012 bajó a 4 mil 915 en 2013; esta disminución del 8 por ciento en la incidencia de muertes se ve reflejada en el descenso general de las muertes, de 5 mil 999 en 2012 se redujo a 5 mil 663 en 2013, un descenso de 6 por ciento.
Finalmente, el estudio concluye que las acciones de las fuerzas de tarea y la mayor presencia policial no ha significado para las mujeres un descenso en las muertes, hasta la fecha todavía estamos a la espera de la implementación de una política pública de prevención más focalizada en las necesidades, vulnerabilidades y riesgos que corren las mujeres en diferentes espacios de socialización.