Los intereses que paga el Tesoro español bajaron sustancialmente hoy frente a los del mes pasado durante un remate de bonos, indicio de que ha mejorado sustancialmente la confianza de los mercados con la llegada al poder del conservador Mariano Rajoy, recién investido presidente del gobierno en sustitución del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El Ministerio de Hacienda anunció que vendió 5.600 millones de euros (7.300 millones de dólares), superior a los 4.500 millones de dólares pensados inicialmente.
Los inversionistas exigieron un interés de sólo el 1,74% para adquirir letras del Tesoro a tres meses, frente al 5,1% en el remate del 22 de noviembre. El interés de las letras a seis meses fue del 2,44%, frente al 5,22% del remate anterior.
El crédito a corto plazo ha mejorado sustancialmente en las últimas semanas, gracias a la oferta del Banco Central Europeo de créditos con intereses casi inexistentes al sector financiero, así como la promesa de los gobiernos de la eurozona de endurecer sus presupuestos.
España adoptó ya medidas de austeridad para reducir el gasto público y convencer a los compradores de bonos soberanos que seguirá siendo solvente pese a la agitación de los mercados financieros internacionales.
Rajoy, investido el martes presidente por mayoría aplastante de 187 votos en las 300 bancas de la Cámara de Diputados, prometió esta semana más medidas de austeridad.
El Partido Popular de Rajoy obtuvo una mayoría aplastante en los comicios generales, principalmente con la promesa de sacar a España de la crisis económica.
Reemplaza al socialista José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo partido sufrió en las urnas el 20 de noviembre la peor derrota de su historia por su manejo de la crisis.
Rajoy prestará juramento el miércoles ante el rey Juan Carlos, junto con su gabinete, y el viernes presidirá el primer consejo de ministros.
Al iniciar el lunes el debate, Rajoy prometió reducir el gasto público en 16.500 millones de euros (21.600 millones de dólares).
El interés de los bonos soberanos se disparó el último año antes el temor de que España pudiese necesitar un rescate financiero como Gracia, Irlanda y Portugal.
El estallido de la burbuja del ladrillo en 2009 entronizó una recesión de dos años que ha situado el desempleo por encima del 22% —el mayor de la eurozona— un enorme déficit y una economía que no crece.