Auditorí­a social


Por fin se aprobó la Ley de Comisiones de Postulación con la anuencia de los diferentes partidos polí­ticos que tienen representación en el Congreso, lo cual constituye un avance en materia legislativa.

Lic. Christian Alarcón Duque

Con esta nueva ley se espera poder escoger a los mejores profesionales del derecho que asumirán el cargo de Magistrados en los próximos meses por un nuevo perí­odo, aunque tampoco hay que caer en idealismos pensando que esto es la panacea para todos los males y desventuras que sufre el sistema de impartición de justicia en Guatemala; siempre habrá algún sátrapa que logrará colarse.

Los motivos de su aprobación se deben en gran parte -a mi criterio- a que el Ejecutivo tuvo que ceder -tratando de remendar la ya desdibujada imagen del Presidente y su gobierno- ante el clamor de varios sectores de la sociedad civil que pedí­an su aprobación; mucho ayudó -también a mi criterio- el caso Rosenberg que aunque pareciera ser va perdiendo relevancia con el pasar de los dí­as, dejó muy mal parado al Presidente y los demás sindicados ante la sociedad y ante todos los paí­ses del mundo donde fue difundido el ví­deo, y aunque pareciera ser lo contrario, también ante la comunidad internacional. Lo que quiero dejar claro es que no fue una muestra de buena voluntad polí­tica del Presidente, la bancada oficialista y otros partidos, ni mucho menos! Las circunstancias así­ lo motivaron.

Esta Corte Suprema de Justicia tuvo que conformarse teniendo un Presidente ad interin por un perí­odo de un año. No pudieron ceder ante intereses personales y seguramente también polí­ticos; prefirieron pasar a la historia por haber sido incapaces de poder elegir de entre sus integrantes un Presidente para este último año, a pesar de haberse reunido en más de 37 ocasiones y fallar en el intento.

En esta nueva elección de Magistrados a la Corte Suprema de Justicia debemos de hacer una adecuada auditoria social sobre todos y cada uno de los candidatos que pretendan ocupar las magistraturas, y denunciar a cualquier aspirante que no ostente las cualidades académicas, morales y éticas.

A pesar de la aprobación de esta nueva ley, acaso la forma más equitativa para la elección de magistrados serí­a por medio de la realización de un sorteo; es más justo y se reducirí­an las posibilidades que existiera servilismo, dadivas, favores polí­ticos, o el clientelismo, etcétera, que son precisamente el común denominador -con algunas pocas excepciones- de las personas que son elegidas.

Es imposible creer que pueda existir un organismo independiente -como el caso de la CSJ-, cuando este es elegido por el hoyo negro en donde se concentran todos los deseos, codicias y fantasí­as polí­ticas en el paí­s -el Congreso- y lo mismo sucede con la elección del Procurador de los Derechos Humanos, Procurador General de la Nación, Fiscal General, Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, etcétera.

Post Scriptum: Y ¿qué pasó con el cambio que también debe de hacerse para elegir a dichos funcionarios, que son de vital importancia para transparentar el ejercicio del poder?