Los electores cívicamente inteligentes deben hacer ahora su propia auditoría social antes de votar, para el cambio acertado en el Gobierno Ejecutivo, Legislativo y Municipal; sectores ya conocidos por los resultados de llevar al país a un deplorable estado de colapso financiero y de ingobernabilidad; o su inclinación a ello, para evitar que se repita o continúe.
Santiago Villanaueva Gudiel
svillanuevagudiel@hotmail.com
EN LO CíVICO votar con justa madurez y espontánea voluntad, por lo mucho que se ha sufrido y aún se sufre, sin que se logren las perspectivas esperadas. Y se vote por el que ofrezca trabajo ocupacional, productivo, concreto y de desarrollo; no impulsados solo por el ilusorio pancismo de una comida, o “empleos burócratas†que no son productivos al bien social; ni fuerza viva humanitaria con acción agradecida a Dios; sino solo actores de hecho, improductivos y retrógrados que hacen de la empleomanía, una explotación de los demás con huelgas, sesiones permanentes y bloqueos de caminos y calles a los que sí trabajan productivamente para todos; retrasando a su país.
LOS POLíTICOS TRADICIONALES de grupos ya conocidos, nada novedoso y positivo ofrecen; solo lo mismo desgastado por el tiempo; y acostumbrados al pancismo oficial hablan de empleo, y no del trabajo productivo; menos de ser emprendedores de nuevos proyectos o empresas de desarrollo, como en efecto existen, para citar unos: el del Canal Seco Interoceánico de interés tridimensional de oriente al oeste del país, que resolvería incluso la hambruna que persiste en esa línea fronteriza con El Salvador y Honduras con constructivas fuentes de trabajo, en vez de ir a buscar el riesgoso sueño migratorio norteamericano; así como la realización de hidroeléctricas, la explotación minera y refinería de nuestro propio petróleo para no seguir siendo doblemente explotados recomprándolo; y de otras industrias honestas, no solo del azúcar, maquila, el café; y, ¿por qué no decirlo?, también de la droga industrial; de lo que los candidatos nada dicen, no conocen o se hacen los sapos.
EL SECTOR “LEGISLATIVO†o Congreso, ha sido integrado por los menos indicados para ser legisladores, salvo rarísimas excepciones contadas con una sola mano, entre las 158 que se levanten cada vez para aprobar con los ojos vendados; y por eso el país ha sido llevado al colapso; convertido en un tradicional mercado y fiesta de piñatas, solo para dar palo equivocado; pero eso sí, listos a recoger los dulces, regalos y pastel de todos los días por cuatro años presidenciales, sin haber conocido siquiera la Constitución de la República; y por eso apoyan lo inexcusable contra la Constitución. Debe ser revalorado por la elección de un verdadero Poder Legislativo de personas competentes para no caer en semejantes deslaves políticos.
EN LO MUNICIPAL la mayoría de prospectos a alcaldes y alcaldesas, ofrecen ilusiones de su imaginación que resultan en espejismos engañosos de agua, luz eléctrica y desarrollo; apoyados por personas retrógradas que están contra el progreso de nuestros pueblos; o bien son la semejanza de sus líderes políticos. Pocos son los que hacen obra meritoria positiva, social, humana y financiera sin explotación ni robo, que pasen la auditoría social aprobados como el alcalde Arzú de la metrópoli central, que será difícil reemplazar.