Aubry vence a Royal


Martine Aubry, lideresa del Partido Socialista  (PS) de Francia.  (Foto AFP Stephane de Sakutin)

Aubry vence a Royal en pugna por liderazgo de socialistas franceses.


La ex ministra francesa Martine Aubry, arquitecta de la semana laboral de 35 horas en Francia, fue nombrada oficialmente ayer lideresa del Partido Socialista (PS), principal formación opositora, tras un polémico duelo con su rival Segolene Royal, ex candidata a la presidencia.

Después de cinco dí­as de divisiones y cruces de acusaciones, Aubry fue declarada ganadora de las elecciones internas del viernes por parte de una comisión de verificación y de las instancias dirigentes del partido.

Aubry tendió inmediatamente la mano a su rival: «Las condiciones en las que el voto tuvo lugar, de forma ajustada, me dejan obligaciones. Mi primer deber será, si ella acepta, reunirme con Segolene», declaró la alcaldesa de Lille (norte) e hija del ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors.

«No hay un bloque contra otro. No hay dos partidos socialistas. Hay un sólo partido que quiere vivir conjuntamente y quiere respetar unido sus reglas y sus militantes», afirmó por su parte el primer secretario saliente de la formación, Franí§ois Hollande.

La designación del nuevo lí­der del PS, principal partido opositor al presidente conservador, Nicolas Sarkozy, se convirtió en un verdadero melodrama.

Después de un congreso celebrado la semana pasada, en el que no se pudo definir una lí­nea polí­tica y lograr un consenso para elegir un lí­der, la palabra la tomaron los 230 mil militantes de la formación convocados a una votación directa.

Los resultados iniciales de la segunda vuelta de la votación, el viernes, dieron a Aubry una ventaja de 42 votos sobre Royal, quien sin embargo los tachó de fraude y pidió su verificación.

Ayer, la comisión de verificación validó la victoria de la ex ministra de Trabajo y estableció esa distancia en 102 votos.

Pero los partidarios de Royal, que perdió frente a Sarkozy en la segunda vuelta de los comicios presidenciales de mayo de 2007, siguieron sosteniendo que la votación estuvo manchada de irregularidades.

Uno de sus colaboradores, Manuel Valls, estimó que la elección era «una negación de justicia» y repitió su intención de recurrir a los tribunales.

«Es la hora de la unidad y la congregación», declaró por su parte Royal, sin reconocer explí­citamente la victoria de Aubry.

La elección de un nuevo lí­der estaba llamada a poner fin a meses de guerras de influencia y de maniobras por el control del partido. Pero sólo logró exacerbar las rivalidades.

Para Aubry, de 58 años, la elección marca su retorno sobre el escenario nacional. En 2002, se retiró a su bastión de Lille. Llamada «la mujer de las 35 horas», ha sido blanco de los ataques de la derecha, crí­tica con esta ley que entró en vigor en el 2000, bajo la presidencia del socialista Lionel Jospin.

Ahora, Aubry aboga por un PS orientado fijamente hacia la izquierda, en sintoní­a con los movimientos sindical y obrero.

Para Royal, de 55 años, la derrota supone un serio revés. Promoví­a una modernización de la formación tanto en su funcionamiento como en sus métodos de comunicación.

Las batallas internas han dejado al partido sin voz en la escena polí­tica francesa. Frente al presidente Sarkozy, los socialistas apenas se han hecho escuchar sobre la crisis financiera e incluso sobre los asuntos sociales.

«Le digo a la derecha, sigan riéndose unos pocos dí­as, puesto que a partir de la semana próxima, el Partido Socialista está de regreso en (materia de) propuestas», afirmó ayer Aubry.