Matt Ryan lanzó tres pases de anotación pese a laborar durante menos de tres cuartos, y los Falcons de Atlanta ofrecieron al fin un partido redondo, para humillar ayer por 41-14 a los Jaguars de Jacksonville.
John Abraham logró tres capturas y media del quarterback rival, y los Falcons se aseguraron de tener una foja con más triunfos que derrotas en la campaña.
«Ojalá que en las próximas dos semanas juguemos como lo hicimos esta noche», dijo Ryan.
El partido quedó resuelto para el intermedio. Atlanta (9-5) ganaba por 27-0 cuando los dos equipos fueron al descanso.
Blaine Gabbert y los desastrosos Jaguars (4-10) tenían para entonces un total de menos una yarda en el avance neto por aire, y los Falcons habían dado ya un paso más hacia la conquista de un boleto de comodín para los playoffs en la Conferencia Nacional.
Gabbert tuvo uno de sus peores partidos, en una temporada para el olvido como novato. Soltó dos veces el ovoide, tras recibir golpes de Abraham. Ambas jugadas derivaron en anotaciones de Atlanta, incluida una en que el tackle defensivo Corey Peters tomó el segundo balón perdido y trotó a la zona prometida, al comienzo del tercer cuarto, para pulverizar cualquier esperanza de remontada de los Jaguars.
«No fui sólo yo», dijo Abraham. «Todo el equipo logró castigar al quarterback».
Ryan completó 19 de 26 pases, para 224 yardas y tres touchdowns. Roddy White atrapó dos de los pases de anotación, mientras que el otro fue para Julio Jones.
En contraste, Gabbert acumuló 141 yardas, al completar 12 de 22 envíos. Vio interceptado uno de sus pases, en una noche en la que tomó decisiones equivocadas en las raras ocasiones en las que no tuvo que correr para salvar su integridad.
La mayor parte de las yardas que ganó llegaron en una ofensiva final, cuando los Falcons ya se habían relajado. Completó un pase de 16 yardas con Chastin West, para un touchdown, cuando quedaban 59 segundos.
El otro touchdown de Jacksonville fue resultado del bloqueo a una patada de despeje, cuando el marcador estaba en 41-0.
Los Jaguars, plagados de lesiones, con un entrenador interino y un nuevo dueño, venían de su mejor partido de la temporada, en el que aplastaron 41-14 a Tampa Bay. Pero fueron apabullados y resintieron quizás la fatiga, al disputar su tercer encuentro en 11 días.