Aterriza el Atlantis y pone fin a una era


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En el cierre triunfal y a la vez nostálgico de un capí­tulo de 30 años en la exploración del espacio, el transbordador Atlantis y sus cuatro astronautas regresaron a la Tierra después de visitar por última vez la estación espacial internacional.

Un récord de 2.000 personas se congregaron cerca de la pista de aterrizaje, miles más se reunieron en el Centro Espacial Kennedy y una multitud presenció el regreso por televisión en el último vuelo de un transbordador.

Por MARCIA DUNN
CABO CAí‘AVERAL / Agencia AP

«Después de servir al mundo durante más de 30 años, el transbordador espacial ha ganado un lugar en la historia. Y toca a su fin», dijo por radio el comandante Christopher Ferguson después que el Atlantis penetró la bruma matutina para aterrizar.

«Buen trabajo Estados Unidos», respondió el Control de la Misión.

El Atlantis tocó tierra a las 5:57 de la madrugada y detuvo su marcha sobre la pista menos de un minuto después.

Con el cierre del programa de los transbordadores pasarán de tres a cinco años, por lo menos, antes de que vuelva a haber un lanzamiento espacial desde territorio estadounidense. Ahora las empresas privadas se aprestan a tomar la posta de la NASA para continuar los viajes al espacio.

El futuro a largo plazo de la exploración espacial estadounidense es incierto y constituye una gran preocupación para muchos en la NASA y sus proveedores. Los asteroides y Marte son los próximos objetivos, pero la agencia espacial ni siquiera ha ideado el diseño del cohete para llegar a esos destinos.

Los cinco transbordadores espaciales de la NASA lanzaron, salvaron y revitalizaron el Telescopio Espacial Hubble; construyeron la estación espacial internacional —la mayor estructura en órbita del mundo_, y abrieron la frontera final a mujeres, minorí­as, maestras e incluso un prí­ncipe.

El primer estadounidense que orbitó la Tierra, John Glenn, fue la persona de mayor edad en el espacio gracias al transbordador. Tení­a 77 años en ese momento y esta semana ya cumplió los 90.

El programa de los transbordadores, iniciado con el Columbia en 1981, fue la más prolongada exploración espacial de la NASA. Totalizó 135 misiones que circundaron la Tierra más de 21.150 veces. Las cinco naves transportaron a 355 personas de 16 paí­ses y pasaron un total de 1.333 dí­as en el espacio, casi cuatro años.

Dos de los transbordadores —el Challenger y el Columbia— se destruyeron, uno en el lanzamiento y el otro durante el vuelo de regreso, lo cual derivó en la muerte de 14 astronautas en total. Pero a pesar de ello el programa siguió adelante.

De todos modos, el jueves perteneció al Atlantis y a su tripulación: Ferguson, el copiloto Douglas Hurley, Rex Walheim y Sandra Magnus, que completaron con éxito una misión de abastecimiento a la estación internacional.

«El transbordador espacial ha cambiado el modo en que observamos el mundo y ha cambiado el modo en que observamos nuestro universo», dijo Ferguson desde el Atlantis. «Hoy nos embarga la emoción, pero hay un hecho indiscutido: Estados Unidos no dejará de explorar» el espacio.

«Gracias Columbia, Challenger, Discovery, Endeavour y nuestra nave Atlantis», agregó. «Gracias por protegernos y dar un cierre digno a este programa».

Familiares y amigos de los astronautas, además de funcionarios y expertos de la NASA, se alinearon cerca de la pista para dar la bienvenida al Atlantis. Cuando se divisó la nave en medio de la bruma oscura, el público rompió en aplausos y vivas. Una hora después, Ferguson y sus compañeros estaban en la pista para recibir la calurosa bienvenida.

«Lo que hemos hecho sentará las bases para la exploración del futuro», afirmó el administrador de la NASA Charles Bolden hijo, ex comandante de transbordador. «Pero ahora no quiero hablar de eso. Sólo deseo saludar a esta tripulación, darle la bienvenida».

A 1.500 kilómetros (900 millas) de distancia, el director del vuelo Tony Ceccacci, que dirigió el regreso exitoso del Atlantis, se emocionó al completar su tarea en el Control de la Misión en Houston.

«El trabajo que se ha hecho en este recinto, en este edificio, nunca será duplicado», dijo a su equipo de colaboradores, y todos se abrazaron y felicitaron mutuamente.