Atentado suicida


Atentado. Unos afganos observan un vehí­culo destrozado, resultado del ataque suicida, en donde murieron más de 30 personas. (AFP / La Hora)

Al menos 31 personas, en su mayorí­a militares, murieron este sábado en Kabul en un atentado suicida contra un autobús que transportaba a soldados afganos, uno de los más sangrientos perpetrados por los talibanes, que lo reivindicaron inmediatamente.


Al amanecer, un hombre vestido con el uniforme del ejército se acercó al vehí­culo que llevaba a los soldados al ministerio de Defensa e hizo estallar su carga explosiva, según las autoridades.

Un costado del autobús voló completamente, comprobó un fotógrafo de la AFP.

A últimas horas de la mañana, el balance era de 31 muertos, «casi todos militares», y 20 heridos, 17 de ellos de gravedad, según informó a la AFP el ministro de Sanidad, Sayed Mohammad Amin Fatemi.

El ministerio de Defensa ofreció un balance de 27 militares muertos, al margen de otras ví­ctimas.

Se trata de uno de los atentados más sangrientos cometidos en la capital afgana junto al que el 17 de junio costó la vida a por lo menos 24 jóvenes reclutas de la policí­a, también en un autobús.

Un portavoz de los talibanes, Zabihula Mujahed, reivindicó el ataque y dijo por teléfono a la AFP que se trataba de una de las «operaciones» que habí­an prometido durante el Ramadán, el mes sagrado del islam.

El presidente Hamid Karzai llamó a responder con una «acción fuerte».

«(El último ataque) nos muestra que la guerra contra el terrorismo debe continuar con más vigor. De Argelia a Indonesia, de Estados Unidos a Japón, debemos seguir unidos y determinados en la guerra contra el terrorismo», declaró en conferencia de prensa.

La televisión mostró a los socorristas extrayendo cadáveres de hombres uniformados de los restos del autobús y otras ví­ctimas todaví­a atrapadas en el amasijo de hierros.

Sólo en lo que va de año se registraron más de 100 atentados suicidas en Afganistán, según un estudio reciente de la ONU.

En Kabul se registran frecuentemente atentados de los talibanes. Su última acción causó la muerte de un soldado francés y dejó varios civiles heridos, el 21 de setiembre.

La capital se ha convertido en objetivo regular de los talibanes que también mataron el 15 de agosto a tres oficiales de policí­a de la embajada de Alemania en la explosión de una bomba telecomanda contra su convoy.

Los islamistas, que fueron desalojados del poder por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos a finales de 2001, intentan doblegar al gobierno de Karzai, que cuenta con el apoyo de unos 50.000 soldados extranjeros.

La rebelión talibán ha dejado miles de muertos, 5.000 en lo que va del año, la mayorí­a en las filas de los propios insurgentes, según un recuento de la AFP.

En las filas de las tropas internacionales, en 2007 se cuentan ya 175 muertos (en comparación con 190 en todo el año pasado), la mayorí­a en combate.