Atentado en Parlamento filipino: un diputado muerto


José de Venecia, vocero del Parlamento Filipino, condena fuertemente el atentado.

La policí­a filipina seguí­a investigando hoy el atentado con bomba cometido ayer en Manila que tuvo por blanco a un controvertido diputado musulmán, ex miembro del grupo extremista Abu Sayaf, que murió en el ataque junto a otras tres personas.


Wahab Akbar, parlamentario de la isla de Basilan (sur), donde el ejército se enfrenta a los islamistas del grupo Abu Sayaf, resultó herido en esta explosión, ocurrida después de la sesión en la Cámara de Diputados, y falleció poco después.

En el ataque también murieron un colaborador de Akbar, el chófer de otro parlamentario y una asistenta de la Cámara de Diputados. Otras nueve personas resultaron heridas.

«Las circunstancias parecen indicar que el blanco del ataque era Wahab Akbar», según Geary Barias, jefe de la policí­a de Manila.

Akbar, de 47 años, que fue gobernador de la isla de Basilán, habí­a recibido amenazas de muerte. Ex miembro del grupo extremista Abu Sayaf, vinculado a Al Qaeda, según la policí­a, el polí­tico se alió después con el poder para luchar contra este movimiento, lo cual podrí­a explicar este atentado, según los primeros elementos de la investigación.

El fallecido diputado también habí­a estado vinculado en el pasado con Abubakar Abdurajak Janjalani, un islamista formado en Afganistán que fundó el movimiento Abu Sayaf y luchaba por la creación de un Estado independiente en el sur de Filipinas.

Janjalani murió en combate en 1998 y a partir de entonces Wahab Akbar cortó sus relaciones con el movimiento islamista para iniciar una carrera polí­tica. Esta decisión le granjeó varios enemigos en Basilan.

El miércoles, los investigadores descubrieron fragmentos del artefacto explosivo y el teléfono móvil que fue usado como detonador, escondidos en una motocicleta aparcada cerca del automóvil del diputado fallecido.

El ministro filipino de Interior, Ronaldo Puno, indicó que la investigación que privilegiaba la hipótesis de un «ataque terrorista se estaba transformando en ataque dirigido contra un individuo».

Varios informes de los servicios de inteligencia habí­an mencionado «recientemente la existencia de amenazas de muerte contra el parlamentario», según Puno.

Después del atentado, las fuerzas de seguridad fueron puestas en estado de alerta y se instalaron retenes en los alrededores de Manila. Los agentes de seguridad que vigilan normalmente el Parlamento fueron sustituidos por policí­as de élite.

El presidente del Parlamento, José de Venecia, manifestó el deseo de que las sesiones en la cámara puedan reanudarse lo antes posible, probablemente el miércoles por la tarde.

«Queremos mostrar normalidad y no dar a entender que tenemos miedo de terroristas o asesinos», declaró Venecia.

El mes pasado, una explosión mató a once personas y dejó más de 100 heridos en un centro comercial del barrio económico de Manila. Primero se pensó que se trataba de un atentado, pero después se supo que fue un accidente.