Una carga explosiva que estalló hoy en una mezquita suní del centro de Irak durante las plegarias de hoy mató a por lo menos 17 personas, en un nuevo episodio de violencia que tiene como blanco a los fieles durante el mes sagrado del Ramadán.
Las explosiones por ataques suicidas y carros-bomba, así como otro tipo de violencia, han causado la muerte de casi 200 personas desde que los fieles comenzaron los ayunos diurnos por el sagrado mes musulmán a principios de julio.
Irak se ha estremecido por un aumento de la violencia que ha dejado más de 2.800 muertos y muchos más heridos desde comienzos de abril, aumentando los temores de que se reanude la sangrienta lucha sectaria que dejó al país al borde de la guerra civil tras la invasión que encabezó Estados Unidos en el 2003.
El concejal provincial de Diyala, Sadiq al-Huusseini, indicó que la explosión ocurrió en la mezquita de Abu Bakir al-Sideeq, en el pueblo de Wijaihiya, a unos 80 kilómetros (50 millas) al nordeste de Bagdad. Agregó que murieron al menos 17 personas.
Funcionarios de la policía y de un hospital, por su parte, señalaron que los muertos fueron 17 y más de 50 heridos. Hablaron a condición de guardar el anonimato por no estar autorizados a difundir la información a los medios.
El ataque tuvo lugar durante el segundo día de la visita a Irak del saliente presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien fue a las ciudades sagradas de Nayaf y Karbala al sur de Bagdad. No hubo indicios de que la explosión estuviese relacionada a esas visitas.
La explosión ocurrió en la nave izquierda de la mezquita, que se hallaba colmada de hombres y niños, mientras los fieles se arrodillaban durante sus oraciones, relató Mohamed Fale, de 30 años, quien oraba entre el grupo.
Fale indicó que las fuerzas de seguridad hallaron una segunda bomba cerca de la mezquita y la hicieron estallar bajo control.
«Cuando me levanté había cuerpos manchados de sangre diseminados por el suelo. Las oraciones del viernes habían terminado en un desastre. Quien haya dejado esas bombas no tiene religión», destacó.
Los ataques contra mezquitas suníes, algo que era inusual durante años en Irak, se han incrementado considerablemente en meses recientes.
Nadie se atribuyó responsabilidad por la explosión del viernes ni de muchos otros ataques recientes.
Los extremistas suníes, entre los que se halla un grupo vinculado a Al-Qaeda en Irak, tratan de socavar el gobierno encabezado por los chiíes mediante continuos atentados contra la población civil. Se conjetura que podrían ser los autores de la explosión en la mezquita con la intención de incitar a una reacción de violencia sectaria contra los chiíes. También podrían ser milicianos chiíes que ha reactivado su militancia después de años de relativa calma.