Un taxista murió y 34 personas resultaron heridas por la explosión de un carro bomba frente a la sede de la policía en la ciudad de Cali, al suroeste de Colombia, informó la policía que atribuyó el hecho a un atentado de la guerrilla de las FARC.
Poco después de la medianoche del domingo al lunes se produjo el estallido de una camioneta en la que habían sido colocados 70 kilos de un explosivo, cuyos componentes están siendo investigados por los peritos, indicó una fuente policial.
La explosión sacudió un área de 300 metros a la redonda, destruyó la fachada de la sede de la policía, un edificio de cinco pisos en el sector noroeste de Cali, una ciudad de 2 millones de habitantes.
«Tenemos además del comando de la policía, destrucción en 30 viviendas de los alrededores y un hotel, milagrosamente la cifra de muertos no es superior» dijo a la AFP el sargento Ricardo Ramos, jefe de turno del cuerpo de bomberos de Cali, quien participó de las operaciones de rescate.
El general Hipólito Herrera, director de seguridad ciudadana de la policía nacional de Colombia, atribuyó el atentado a la guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
«Todo apunta a que fueron las FARC» señaló el oficial de la policía, quien se encontraba en Cali coordinando los operativos de seguridad con motivo de la Semana Santa católica.
Hace pocas semanas el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, señaló que las FARC han convertido al departamento del Valle del Cauca, del cual Cali es capital, en un objetivo estratégico.
Desde finales de 2006 el gobierno del presidente Alvaro Uribe aumentó el número de policías y militares en Cali y en el puerto de Buenaventura, sobre el oceáno Pacífico y segunda ciudad del Valle del Cauca, ante una ola de atentados.
El muerto es un taxista, Gil Antonio Palomino, -inicialmente las autoridades lo identificaron como José- que pasaba por el lugar y quedó atrapado tras la explosión dentro de los hierros retorcidos de su vehículo. De los heridos, 18 son integrantes de la institución armada y el resto civiles, señaló la fuente de la policía.
«Lo alcanzaron a sacar con vida con mucha dificultad, pero murió mientras era trasladado al hospital» comentó el bombero.
Por lo menos dos de los heridos se encuentran en grave estado en la Clínica de Nuestra Señora de los Remedios, la más cercana al sitio de la explosión.
Una camioneta roja, en la que al parecer fue colocada la carga explosiva, quedó destruida en el lugar.
Un amplio sector del noroeste de Cali, tercera ciudad colombiana (500 km al suroeste de Bogotá), quedó sin electricidad.
La policía ofreció una recompensa de 100 millones de pesos (unos 45.000 dólares) por información que conduzca a la captura de los responsables.
El alcalde de Cali, Apolinar Salcedo, convocó a reunión a un consejo de seguridad con los comandantes policiales y militares para atender la emergencia.
«Tenemos que unirnos, hoy más que nunca todos los caleños para rechazar este tipo de atentados» señaló Salcedo.