Atentado contra el turismo


El rechazo a ETA es evidente en las manifestaciones de las personas en Madrid.

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<p>ETA volvió a atentar ayer en la isla de Mallorca, en una zona muy turí­stica, en pleno verano y cerca del lugar de descanso de la familia real española, en un momento en que el turismo, clave para la economí­a del paí­s, está ya afectado por la crisis.</p>
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No es la primera vez que ETA atenta contra este sector: a sus «campañas de verano» perpetradas varias veces en la costa norte, mediterránea y del sur de España, se añaden dos atentados en Mallorca hace 18 años y un intento de atentar contra el Rey de España, que veranea en Palma con su familia, en 1995.

Entonces «se demostró la seguridad que tiene la isla porque fueron atentados abortados», dijo Eduardo Suárez del Real, gerente de la Asociación Empresarial de Restauración de Mallorca/CAEB, que apunta que «no tuvieron repercusión en cuanto a la bajada del turismo».

«Se ha alterado la normal convivencia vacacional de una de las zonas más pací­ficas y seguras de España», reconoció por su parte Antonio Horrach, presidente de la federación hotelera de Mallorca FEHM.

De la misma manera se manifestó Suárez del Real, para quien los responsables del sector se sienten «vulnerados y vulnerables» ante las repercusiones sobre el sector que puede provocar el atentado del jueves.

Por lo pronto, el atentado llevó a las autoridades españolas a ordenar el cierre del aeropuerto de la isla de Mallorca, el tercero de España por tráfico de pasajeros, con 22,8 millones en 2008, para evitar la huida de los autores, pero la orden fue levantada dos horas después.

Y el ministerio británico de Exteriores avisó en su página web del «alto riesgo de terrorismo en España» y alertó de que los atentados también pueden perpetrarse en zonas frecuentadas por turistas extranjeros, mientras los diarios de ese paí­s se teñí­an de dramatismo.

España, tercer destino turí­stico mundial, fue visitada en junio por 778.500 británicos, el 21% del total de los turistas y el colectivo más numeroso junto con los alemanes (22%).

Las islas Baleares –donde la hostelerí­a supuso unos dos tercios del PIB en 2008–, fueron también en junio el primer destino de los turistas extranjeros en España.

El 39% de los extranjeros que viajaron a España el mes pasado lo hicieron a Baleares y el año pasado visitaron las islas 13 millones de turistas, de los cuales 10 millones de extranjeros.

Sólo en Palmanova, la localidad donde se produjo el atentado, hay 30.000 plazas hoteleras y cuatro playas.

El atentado del jueves se produce en un momento en que la crisis mundial ha hecho bajar el turismo en España un 11% en el primer semestre del año, con unos 23,3 millones de turistas, y la previsión en todo 2009 es que caiga un 10%.

Y esto en un paí­s en que el sector turí­stico, clave para la economí­a desde los años 60, supone cerca del 11% de los empleos de España y del Producto Interior Bruto (PIB), y en tiempos de recesión desde finales de 2008, con un incremento del desempleo del 10% hasta casi el 18%.

«Nuestras infraestructuras turí­sticas gozan de seguridad», dijo este viernes en un intento por tranquilizar la vicepresidenta del gobierno, Marí­a Teresa Fernández de la Vega.

Para el presidente de la Asociacion de Agencias de Viaje de Baleares, Pedro Iriondo, «no se puede negar que ha sido un jarro de agua frí­a para el sector», pero «estamos tranquilos».

«De una isla es difí­cil escapar, y esto es un concepto que nos hace sentirnos seguros», apunta Suárez del Real, que considera que el atentado del jueves «es un hecho excepcional y que Mallorca y Baleares siguen siendo un destino seguro».