Al menos tres soldados de las fuerzas internacionales en Afganistán resultaron heridos hoy en un atentado suicida talibán cerca de una base estadounidense a una semana de la toma de posesión del reelecto presidente Hamid Karzai.
«Hacia las 07H45 (03H15 GMT), un kamikaze al volante de un coche bomba se dirigió contra un vehículo de las fuerzas internacionales (…) que iba hacia Camp Fénix», declaró a la prensa en el lugar el jefe de la policía criminal de Kabul, Abdul Ghasar Aayedzada.
«Tres soldados extranjeros resultaron heridos; es posible que sean estadounidenses», añadió. Al menos tres civiles también resultaron heridos, según la misma fuente.
Camp Fénix, una de las grandes bases estadounidenses, está situado en la periferia de Kabul y acoge también un centro de entrenamiento para la policía y el ejército afganos. Ya fue blanco de disparos de cohetes y morteros en anteriores ocasiones.
Un portavoz de los talibanes, Yusuf Ahmadi, reivindicó el ataque y confirmó que se trató de un ataque suicida, en declaraciones hechas por teléfono .
Uno de los testigos del atentado, Mohammed, relató: «Estaba sentado en mi camión, tomando té, cuando vi pasar el convoy de los soldados extranjeros. Un hombre que conducía una vehículo gris se acercó, y entonces todo explotó, en medio de una espesa nube de polvo».
El ataque también fue confirmado por un portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, formada en su mayor parte por soldados estadounidense.
«Hubo una explosión, aún no sabemos qué fue, pero se registró justo fuera de Camp Fénix», declaró por teléfono el sargento Kevin Bell.
Este atentado se produce pocos días antes de que el presidente reelecto de Afganistán, Hamid Karzai, asuma su nuevo mandato el 19 de noviembre próximo en presencia de numerosos invitados extranjeros que asistirán a la ceremonia de investidura.
Karzai fue declarado vencedor de la elección presidencial el 2 de noviembre pasado, después de que su rival Abdulá Abdulá renunciara a participar en la segunda vuelta, acusando al presidente de fraude electoral.
Karzai, que llegó al poder con las potencias occidentales que invadieron Afganistán a fines de 2001 para expulsar a los talibanes, había sido electo presidente por primera vez en 2004.
Cinco años después, Afganistán padece una sangrienta insurrección de los talibanes, pese a la presencia de más de 100.000 soldados extranjeros, incluyendo a 68.000 estadounidenses.
El año 2009 es ya el más sangriento desde la caída del régimen talibán en 2001, tanto en lo que se refiere a las víctimas civiles como a bajas entre las fuerzas de seguridad afganas e internacionales.