Ataque rebelde contra una instalación de Shell


El Movimiento de Emancipación del Delta del Ní­ger (MEND), el principal grupo armado del sur petrolero de Nigeria, reivindicó hoy un atentado contra una instalación de la empresa anglo-holandesa Shell.


El MEND señaló «una fuerte explosión» y un incendio en dicha instalación, a las 03:30 horas locales, en la región de Forcados.

Un responsable de dicha compañí­a indicó que el ataque contra uno de sus establecimientos, situado en los pantanos del estuario que desemboca en una importante terminal de carga, provocó una «pérdida de producción», sin dar más precisiones.

El responsable no dio precisiones sobre el alcance de dicha pérdida.

El MEND dijo que durante el ataque contra Shell se produjo un incidente con una lancha de las fuerzas nigerianas y afirmó que la embarcación fue hundida y murieron «entre 20 y 23 soldados».

Un portavoz de la fuerza conjunta policí­a-ejército JFT desmintió categóricamente haber registrado alguna baja. «Hubo un ataque cerca de Forcados (contra Shell) pero nuestros hombres no estaban en el sector y por lo tanto no hubo ningún enfrentamiento y no hubo muertos», precisó Rabe Abubacar.

Según un experto, la terminal de Forcados es, junto con la de Bonny, más al sur en el Estado de Rivers, la instalación más importante de Shell en Nigeria.

La termina de Forcados fue modernizada durante cinco años en la década de los 90 por la empresa italiana Saipem.

El jueves pasado, el presidente nigeriano Umaru Yar»Adua ofreció de forma solemne una amnistí­a a los grupos que depongan las armas entre el 6 de agosto y el 4 de octubre, con la esperanza de poner fin a los ataques contra las compañí­as petroleras.

El MEND dijo que rechazaba la oferta de amnistí­a y multiplicó los operativos que lanzó el 7 de junio en su «guerra del petróleo».

Desde 2006, el delta del Ní­ger, región clave para Nigeria, pues de ella obtiene el 90% de sus ingresos, es escenario de actos de violencia de grupos armados que dicen actuar en nombre de la población local y pobre para una mejor distribución de las riquezas.

Esa violencia redujo la producción de crudo en un cuarto desde 2006, pasando de 2,6 millones de barriles diarios (b/d) entonces a 1,8 millones hoy en dí­a.