Ocho diputados murieron y otros 23 resultaron heridos en la explosión registrada hoy en el Parlamento iraquí, en la Zona Verde ultraprotegida de Bagdad, anunció el canal público Iraqia, mientras que una fuente de seguridad atribuyó el atentado a un kamikaze.
Igualmente, una fuente de la seguridad ofreció el balance de «dos fallecidos y 15 heridos», sin más precisiones.
Según otra fuente de seguridad, dos de las víctimas mortales son Mohamed Awad, miembro del Frente Iraquí para el Diálogo Nacional, un partido sunnita que controla 11 de los 275 escaños del Parlamento, y un miembro no identificado de la Alianza Kurda, segundo grupo en el Parlamento, con 53 diputados.
El ministro de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, que pertenece a la Alianza Kurda, no pudo confirmar que la segunda víctima fuese miembro de su partido.
«Un kamikaze con un cinturón explosivo se hizo explotar en la cafetería», a la hora del almuerzo, precisó a la AFP la fuente de los servicios iraquíes de seguridad.
El comedor está situado en el primer piso del edificio del Centro de Convenciones, como se denomina ahora al gran complejo que alberga la sede del legislativo desde que Estados Unidos invadió Irak en 2003.
En dicho piso se encuentra también la cámara donde los 275 parlamentarios iraquíes llevan a cabo sus principales sesiones.
Una fuente militar estadounidense consultada por la AFP dijo no tener todavía constancia del origen de la explosión, que en todo caso provocó importantes daños materiales.
Las líneas telefónicas dentro y en torno a la Zona Verde no funcionaban después de la explosión.
En la Zona Verde se sitúan las principales instituciones iraquíes y la embajada de Estados Unidos. Este área está rodeada de cientos de barreras de hormigón y hay que pasar varios controles para acceder a la misma.
El pasado 22 de marzo, la caída de un obús de mortero en esta misma área interrumpió brevemente una conferencia de prensa del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el primer ministro Nuri al Maliki. El ataque fue reivindicado por una alianza de grupos sunnitas, englobados bajo el paraguas de Al Qaida en Irak.
Cinco días más tarde, dos soldados y dos civiles estadounidenses murieron es la Zona Verde por disparos de mortero.
El 23 de marzo, el viceprimer ministro Salam al Zobaie fue gravemente herido por el ataque de un kamikaze, que accionó una bomba cerca de su casa, que está situada en las inmediaciones de la Zona Verde. En ese ataque murieron nueve personas.
El atentado de este jueves contra el Parlamento siguió a otro en la capital, en el que murieron diez personas y otras 26 resultaron heridas por la explosión de un camión bomba conducido por un suicida en un puente sobre el Tigris, en Bagdad.
Como consecuencia de la misma, el puente quedó parcialmente destruido y cuatro o cinco automóviles con pasajeros cayeron al agua, constató un fotógrafo de la AFP. Un equipo de buceadores empezó a buscar a las víctimas.
Hace un año y medio, más de 1.000 personas murieron en otro de los 12 puentes de Bagdad, ahogados o aplastados tras una estampida provocada por el rumor de que había algún kamikaze entre la multitud, que realizaba una peregrinación chiita.
Si bien las autoridades estadounidenses constataron un descenso de las ejecuciones en Bagdad desde la puesta en marcha del nuevo plan de seguridad, a mediados de febrero, reconocieron su impotencia para evitar los atentados con coche bomba.
El miércoles, el general William Caldwell, portavoz militar de Estados Unidos en Irak, acusó públicamente por primera vez a los agentes iraníes de apoyar la insurrección de los extremistas sunitas, y no sólo a los chiitas.
Por su parte, el líder radical chiita Moqtada Sadr amenazó este jueves con retirarse del gobierno iraquí, en el que tiene seis ministerios, tras las declaraciones del primer ministro Nuri al-Maliki, quien descartó la idea de fijar plazos para la retirada de las tropas estadounidenses de Irak.