Atacan principal base de Estados Unidos


Un comando de seis talibanes kamikazes atacó hoy con bombas y cohetes la más importante base militar estadounidense en el sur de Afganistán, hiriendo a un soldado de la OTAN y a dos civiles, informaron a la AFP responsables locales.


«Seis kamikazes que llevaban cinturones explosivos se acercaron a la base militar de Kandahar a bordo de un tractor», declaró el general Gordon Moulds, comandante de la base.

Según este oficial, el tractor quedó atascado en el lodo, obligando a los talibanes a hacerlo estallar antes de acercarse a pie a la base militar.

«Dispararon dos cohetes sobre el aeropuerto» de la base, recalcó el general.

Según Zalmai Ayobi, portavoz de la gobernación de Kandahar, dos kamikazes talibanes accionaron los cinturones de explosivos que llevaban cerca de una entrada de la base para permitir que otros cuatro insurgentes entrasen en el recinto.

El ataque desató un enfrentamiento con las fuerzas internacionales que duró una hora, según Zalmai Ayobi, portavoz del gobernador de Kandahar.

«Dos asaltantes murieron por las explosiones y los otro cuatro murieron durante el tiroteo», declaró Ayobi a la AFP, precisando que dos civiles y un soldados de la OTAN resultaron heridos.

El mando de la OTAN en Kabul confirmó por su parte un «ataque frustrado».

«Hubo un ataque fuera de la base militar de Kandahar. Un kamikaze intentó pasar la entrada. No logró entrar», afirmó la Alianza, precisando que el insurgente murió al detonar su carga explosiva.

Los talibanes reivindicaron el ataque en una llamada telefónica a la AFP.

La base de Kandahar, que alberga a miles de funcionarios, es la principal base de la zona de las fuerzas internacionales que luchan contra los insurgentes, concentrados en el sur de la provincia de Kandahar.

Esta base está situada en las afueras de la ciudad de Kandahar, la capital de la provincia, donde los talibanes están atrincherados mientras que las fuerzas estadounidenses, de la OTAN y las tropas afganas intentan desalojarlos de allí­.

Karzai dijo que su gobierno desea asumir la responsabilidad total de la seguridad de Afganistán para fines de 2014, pero el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, dijo en una entrevista publicada el martes que creí­a que las fuerzas de la coalición estaban «perdiendo la guerra».

Del total de 150.000 soldados de las fuerzas internaciones, 30.000 están desplegados en el sur de Helmand y Kandahar, donde se concentran los talibanes.

La base de Kandahar fue atacada varias veces pero los militantes habí­an fallado en entrar al protegido campamento.

Este ataque ocurre un dí­a después de que seis niños fueran asesinados y un hombre fuera herido en un ataque suicida en Dand, distrito de Kandahar, a 18 km al sur de la ciudad, en un ataque fallido al lí­der del distrito.

El lunes en la provincia de Logan, donde encontraron muertos el mes pasado a dos marineros estadounidenses, las fuerzas de la OTAN y los talibanes se enfrentaron durante dos horas en una batalla armada que dejó 10 insurgentes muertos y otros cinco heridos, dijo el portavoz del gobierno de la provincia, Din Mohammad Darwaish.

La OTAN confirmó estas declaraciones pero dijo que murieron ocho insurgentes y que dos fueron heridos, añadiendo que cuatro estadounidenses también habí­an sido heridos.

ANíLISIS Perdiendo la guerra


La coalición internacional «está perdiendo la guerra contra los talibanes» en Afganistán, advirtió hoy en Parí­s el presidente de Pakistán, Asif Alí­ Zardari, antes de continuar su delicada gira europea en Londres.

«Considero que la comunidad internacional, a la que pertenece Pakistán, está perdiendo la guerra contra los talibanes y ello, antes que nada, porque hemos perdido la batalla para conquistar los corazones y los espí­ritus», afirmó Zardari en una entrevista al diario francés Le Monde publicada en su edición fechada el miércoles.

Zardari inició el lunes en Parí­s una delicada gira por Francia y Gran Bretaña, después de que Londres acusara a los servicios secretos paquistaní­es de apoyar a los rebeldes talibanes.

El lunes Zardari se reunió con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el viernes tiene previsto reunirse con el primer ministro británico, David Cameron, en las afueras de Londres.

Islamabad convocó el lunes al embajador británico en Pakistán a raí­z de los comentarios efectuados la semana pasada por Cameron en la India -vecina y rival paquistaní­- sobre la «exportación del terrorismo» por Pakistán.

«No podemos tolerar en ningún sentido la idea de que este paí­s (Pakistán) pueda (…), de alguna manera, promover la exportación del terrorismo, ya sea a India, Afganistán o a cualquier otro lugar en el mundo», habí­a dicho Cameron.

Cameron declaró este martes «no lamentar» haber acusado a Pakistán de «exportar el terrorismo», horas antes de la llegada a Londres de Zardari.

«No lo lamento para nada», declaró Cameron durante una sesión de preguntas y respuestas con oyentes de una de las radios de la BBC.

El primer ministro británico precisó haber dado «una respuesta clara y franca» a una pregunta que le habí­an hecho en India.

Tras la reunión de Zardari con Sarkozy un portavoz del jefe de Estado paquistaní­ indicó que «los innecesarios comentarios de Cameron y el hecho de haberlos hecho en la India han decepcionado al pueblo de Pakistán».

«Es lamentable que algunas personas sigan expresando dudas y vacilaciones sobre nuestra voluntad y nuestra determinación para luchar sin merced contra los insurgentes», dijo Zardari a Sarkozy, según un comunicado de los servicios del presidente paquistaní­.

«Ningún otro paí­s de la coalición internacional ha pagado tan alto precio en esta lucha como Pakistán», dijo Zardari según ese texto.

«Desde 2001, más de 2.700 miembros de las fuerzas de seguridad murieron y más de 9.000 resultaron heridos de gravedad», subrayó esta semana el embajador paquistaní­ en Londres, Wajid Shamsul Hasan.

Zonas tribales del noroeste de Pakistán, fronterizas con Afganistán y bastión de los talibanes paquistaní­es, son el santuario de Al Qaeda y retaguardia de los talibanes afganos.

«Los principales fracasos de la coalición son haber subestimado la situación en el terreno y no haber tomado conciencia de la magnitud del problema», dijo a Le Monde el presidente paquistaní­, para quien los refuerzos militares internacionales «son sólo una pequeña parte de la respuesta».

Aunque opinó que los talibanes no volverán a recuperar el control de Kabul, de donde fueron derrocados a fines de 2001 por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, advirtió de que su dominio de territorio afgano «progresa».

La coalición internacional cuenta con 150.000 soldados en Afganistán, dos tercios de ellos estadounidenses, 9.500 británicos y 3.750 franceses.

La polémica entre Gran Bretaña y Pakistán se produce después de que el sitio internet de información Wikileaks difundiera miles de documentos confidenciales del ejército estadounidense que hablan de los ví­nculos entre Pakistán y los rebeldes talibanes en Afganistán.

A diferencia de la tensión anglo-paquistaní­, tras su reunión con Sarkozy, Zardari dijo que «Francia considera a Pakistán como un socio responsable».

El presidente paquistaní­ se reunió también con el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, con quien habló de la ayuda europea a Pakistán a raí­z de las inundaciones que dejaron 1.400 muertos y 3,2 millones de damnificados, las peores en 80 años, según los últimos balances oficiales.

Antes de partir a Londres, Zardari tení­a previsto cumplir una visita privada a Normandí­a, norte de Francia, donde su familia es propietaria de un castillo.