Rebeldes dispararon contra dos aviones militares estadounidenses que trataban de evacuar a ciudadanos de ese país atrapados en una región remota de Sudán del Sur que hoy se convirtió en campo de batalla entre fuerzas del gobierno e insurgentes, hiriendo a cuatro soldados norteamericanos y dañando severamente una de las aeronaves.
Los aviones se dirigían a Bor, la capital del estado de Jonglei y escenario de algunos de los peores actos de violencia la semana pasada. Uno de los soldados heridos estaba en condición grave.
El comando de las fuerzas armadas de Estados Unidos en África informó que la aeronave «participaba en una misión para evacuar a ciudadanos estadounidenses de Bor».
«Tras recibir disparos desde tierra cuando se acercaba al lugar, la aeronave se dirigió a un aeropuerto de otro país y abortó la misión», señaló un comunicado. «Los soldados heridos reciben tratamiento».
Funcionarios dijeron que luego que las aeronaves fuesen atacadas, se dieron la vuelta y se dirigieron a Kampala, Uganda. Desde allí los soldados heridos fueron llevados a Nairobi, Kenia, para tratamiento médico, agregaron los funcionarios.
Ambos funcionarios pidieron mantenerse en el anonimato, por estar revelando información que las autoridades aún no hacen pública.
El comunicado de las fuerzas armadas no especificó qué tipo de aeronaves participaban en la misión. Un oficial dijo que al parecer las aeronaves eran Osprey, que pueden volar como helicópteros y aviones.
El portavoz militar de Sudán del Sur, coronel Philip Aguer, expresó que las tropas del gobierno no controlan Bor, por lo que el ataque contra las aeronaves estadounidenses fue lanzado por soldados insurgentes. «Bor está bajo control de las fuerzas de Riek Machar», dijo Aguer.
El ministro de Información de Sudán del Sur, Michael Makuei Lueth, dijo que las tropas de su gobierno, apoyadas por la aviación, luchan contra los rebeldes en Bor para tratar de recuperar esa ciudad que les fue arrebatada a principios de esta semana.
«Hay enfrentamientos en Bor porque desde la mañana de hoy han atacado a la población civil», agregó en referencia a las tropas insurgentes. «Han ido tan lejos que ni siquiera respetan los cuarteles de la ONU».
El presidente de Sudán del Sur, Kiir, de la etnia Dinka, dijo esta semana que un intento de golpe de Estado desató la violencia que sacude el país. Culpó al ex vicepresidente, Machar, de la etnia nuer. Pero funcionarios han dicho que un choque entre miembros dinka y nuer de la guardia presidencial causó la violencia el domingo por la noche. La destitución de Machar este año había azuzado las tensiones étnicas.
La violencia ha causado centenares de muertos y preocupaciones entre líderes mundiales de que estalle una guerra civil en Sudán del Sur. El sur peleó una guerra de décadas con Sudán antes que un acuerdo de paz en el 2005 resultase en un referendo en el 2011 que llevó a la separación de Sudán del Sur, con toda su riqueza petrolera.
Un experto del Grupo Internacional de Crisis le informó ayer que los rebeldes habían tomado control de al menos algunos de los campos petroleros en Sudán del Sur, lo que pudiera causar en el involucramiento de Sudán en el conflicto. El petróleo del sur fluye por oleoductos de Sudán, proveyendo a Jartum necesarios ingresos.