Dicho Decreto establece el corrimiento, sin mencionarlo especí­ficamente, del  tradicional asueto en conmemoración del Ejército; si cae martes se corre para el lunes, si cayese miércoles o jueves se deberá correr para el viernes, situación que encaja con la forma como se presentan las fechas este año, pero…  ¿cuántas empresas están al tanto de esta disposición?

Estoy seguro que una gran porción de las empresas no saben de esto,  por la escasa divulgación (si es que se hizo alguna) de este Decreto que de paso modifica el Código de Trabajo, sin hacer esta aclaración en el mismo documento.

Nuestros “flamantes legisladores”, siempre echándose aquellas “fumadas”  tan envidiables. En lugar de estar haciendo cosas “a medias”, deberí­an trabajar y hacerlo en serio por el bien del paí­s, promulgando tantas leyes que son más importantes y necesarias.  Y aunque usted no lo crea, este Decreto 42-2010 fue aprobado “de urgencia nacional”, aun y cuando serí­a aplicable 7 meses después.

En otros paí­ses han dispuesto reunir todos los asuetos en un solo mes, enero por ejemplo; sé de otro (seguro hay más), en el que los asuetos o son lunes o son viernes, pero todos ellos, no como lo hicieron acá que solamente uno de los tantos asuetos y con el siguiente agravante: ¿qué pasa con las empresas en las que su jornada laboral incluye el sábado mediodí­a?, pues que la medida viene a ser inútil!!!, igual que quienes pensaron en ella.

El pretexto de la medida es promover el turismo interno, pero qué pensadota!!!, en invierno y una quincena antes de que los trabajadores reciban el tan esperado “Bono 14”, ¿será que la mayorí­a de los laborantes podrán aprovechar esta medida poco divulgada?

Las empresas también se están viendo en la disyuntiva de qué hacer, otorgar siempre el 30 de Junio y abrir el viernes 1, o atender esta disposición trabajando el 30 y descansando el 1ro.; ¿qué hará la competencia?, ¿qué tal si yo cierro el viernes y ellos abren?, esto es lo que causan “los padres de la patria”.

Al final recordemos, no se puede alegar ignorancia de la Ley, pero sí­ podemos protestar por ser ví­ctimas de la ignorancia de quienes la emiten.