Asteroide pudo no ser causante de extinción de dinosaurios


Según Keller, el impacto de Chicxulub se produjo unos 300 mil años antes de la extinción en masa y por lo tanto no podrí­a haberla causado. FOTO LA HORA: ARCHIVO

La paleontóloga Gerta Keller señala que la hipótesis de que el impacto de un asteroide en la pení­nsula mexicana de Yucatán fue el causante de la desaparición de los dinosaurios, hace 65 millones de años, puede no ser tan cierto.

Redacción Cultural
lahora@lahora.com.gt

De hecho, «ni una sola especie se extinguió como resultado del impacto de Chicxulub», afirma Keller, de la universidad estadounidense de Princeton, autora principal del estudio publicado en The Journal of the Geological Society. «El impacto de Chicxulub se produjo unos 300 mil años antes de la extinción en masa y por tanto no podrí­a haberla causado», dijo Keller a Efe.

Varios cientí­ficos, entre ellos la propia Keller, anteriormente habí­an puesto en duda la teorí­a del impacto como causa de la extinción de los dinosaurios y del 65% de todas las especies en el lí­mite entre los perí­odos Cretácico y Terciario.

Esa teorí­a se fraguó poco después del descubrimiento en 1978 en Chicxulub, en el norte de Yucatán, de un cráter de impacto de 180 kilómetros de diámetro en el que fueron halladas esférulas de vidrio en los sedimentos situados debajo del lí­mite del Cretácico-Terciario (K/T en la jerga geológica) que se asocia con la extinción en masa. La capa de esférulas marca el momento del impacto, explicó a Efe Keller.

Ahora, Keller y sus colegas han encontrado nuevas pruebas en México de que el impacto antecedió en 300 mil años el lí­mite K/T y que no tuvo el efecto dramático que se pensaba sobre las especies. En sus excavaciones en la localidad mexicana de El Peñón, los paleontólogos hallaron los fósiles de las mismas 52 especies en los sedimentos situados por debajo y por encima de la capa de esférulas, según el estudio.

«Descubrimos que ni una sola especie se extinguió como resultado del impacto de Chicxulub», dijo la cientí­fica, y explicó que en El Peñón las esférulas están incrustadas en sedimentos a más de entre 4 y 9 metros por debajo del lí­mite K/T.

Estos sedimentos fueron depositados a razón de entre dos y tres centí­metros cada mil años después del impacto. Keller también rechaza los argumentos de los defensores de la teorí­a del impacto, según los cuales ambos eventos están separados en el registro de los sedimentos debido a un movimiento sí­smico o tsunami, como resultado del choque del asteroide.

En opinión de Keller, la desaparición de los dinosaurios pudo deberse a una combinación de factores, pero el impacto de Chicxulub no serí­a uno de ellos. í‰ste antecede a la extinción en masa y no provocó la desaparición de ninguna especie de foraminí­feros planctónicos, los organismos unicelulares más pequeños y más sensibles de los océanos, que son utilizados para reconstruir los cambios climáticos a través de la historia, explicó.

Uno de los factores pudieron ser las erupciones de Deccan, cuya fase principal coincidió con la extinción en masa y que produjeron rí­os de lava que componen hasta el 80% de las montañas volcánicas de 3 mil 500 metros de altitud en la India, señaló Keller.

«La idea más plausible es que los gases de dióxido de azufre fueran mortales a la hora de causar un enfriamiento global, mientras que la lluvia ácida destruyó las plantas y la acidificación de los océanos acabó con los organismos que segregan carbonatos», acotó Keller.