Según Kareen de Hutton, presidenta de la Asociación Guatemalteca por el Autismo (Agua), la incidencia a nivel mundial de autismo es 1 por cada 88 niños que contrae esta condición por cuestiones ambientales o genéticas.

Hutton aseguró que en Guatemala la cifra podría ser similar, aunque no descartó la existencia de un subregistro, en donde pudiera aumentar significativamente el número de casos, debido a que en el país no existe el reconocimiento oficial de este tipo de desórdenes y por esta situación, no se cuenta con estadísticas oficiales.

La entrevistada aclaró que el trastorno autista no es una enfermedad sino una condición de carácter conductual que conlleva en algunos casos, la incapacidad de comunicación, para establecer relaciones sociales y desórdenes del comportamiento en los niños y adultos que la presentan.

Sin embargo, explicó que este no debería ser un impedimento para que estas personas se desarrollen en diferentes espacios de la sociedad y lleven una vida plena, con el acompañamiento de la atención por especialistas en la materia.

Agregó que para detectar a un niño con autismo es necesario hacer diagnósticos a corta edad y así brindarle la atención adecuada, pero admitió que el panorama se complica, cuando tienden a ser sujetos de discriminación de diversos sectores, ya sea por falta de información o el poco involucramiento de los padres en el proceso.

La Asociación Guatemalteca por el Autismo lleva a cabo en el Colegio Americano, zona 15, el II Seminario sobre Autismo en el País, en busca de elaborar propuestas para una sociedad más inclusiva y con la participación de expertos nacionales e internacionales.