Los países asiáticos, que celebran esta semana una cumbre en Filipinas, quieren explorar nuevos recursos energéticos para reducir su dependencia ante el petróleo, pero este objetivo se antoja aún lejano, según los expertos.
Los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus seis socios regionales (Australia, China, Japón, India, Corea del Sur y Nueva Zelanda), que se reúnen esta semana en Cebu (Filipinas), explorarán alternativas para hacer frente a la volatilidad de los precios del crudo.
Así, podrían constituir reservas comunes de petróleo importado de Medio Oriente, que posee dos terceras partes de las existencias mundiales.
Los responsables contemplan también limitar su dependencia de los carburantes tradicionales, intensificando programas de eficacia energética comunes, y desarrollando energías renovables.
Segundo consumidor de petróleo después de Estados Unidos, China se preocupa cada vez más por su seguridad energética, igual que Australia, que busca energías alternativas.
Pero parece improbable que los biocarburantes suplanten al petróleo en un futuro próximo. «La dependencia ante las importaciones de crudo es inevitable», subraya Victor Shum, analista de Purvin and Gertz Inc en Singapur.
Según Kang Wu, experto de un centro de reflexión con sede en Hawai, la cuota de crudo en el consumo de Asia-Pacífico -exceptuando a Estados Unidos y Rusia- era de alrededor del 33% en 2005.
«Asia puede intentar reducirla a 30% de aquí a 2015. Pero de todas formas, el petróleo y el aumento de las importaciones netas de crudo de la región seguirán aumentando», augura.
Respecto a la idea de las reservas conjuntas, podría revelarse muy costosa y sobre todo difícil de realizar.
«(…) La cuestión es saber dónde serán constituidas esas reservas, cual será su talla, y el momento de crearlas», subraya Shum.
Una tímida cooperación existe ya en la ASEAN con la construcción de un gasoducto entre Indonesia, Malaisia y Singapur.
Pero la aplicación de una obra verdaderamente transregional requeriría una unidad política de la que, por ahora, carece la organización.
«No hubo acuerdo sobre las condiciones de utilización del gasoducto, ni sobre el hecho de saber quién suministrará gas y a qué precio», afirma Dave Ernsberger, de la sociedad de energía Platts.
«Creo que pasarán 50 años antes de que la ASEAN se dote de una red de gas integrada que vaya de Filipinas a Indonesia», asegura.
Fundada en 1967 en Bangkok, la ASEAN agrupa a Malaisia, Indonesia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Laos, Vietnam, Camboya y Birmania.