Asia acude al rescate de bancos


Ví­ctimas de la crisis de los créditos inmobiliarios, el banco estadounidense Citigroup, que acaba de sufrir fuertes pérdidas, y su rival Merrill Lynch, que anunciará sus pérdidas mañana, se disponen a capitalizarse una vez más con inversionistas de Asia.


Citigroup, principal banco estadounidense por activos, perdió cerca de 10 mil millones de dólares en el cuarto trimestre, su primera pérdida desde que fue creado en 1988 con la fusión de Citicorp con el Traveler»s Group de la familia Weill.

La principal razón de las pérdidas es que el banco tuvo que devaluar su cartera de activos en 18.100 millones de dólares, a fin de reflejar la pérdida de valor de sus créditos hipotecarios, concedidos a familias de escasa solvencia.

Pérdida dos veces más importante que las esperada por los mercados, que hicieron caer sus papeles en la bolsa ayer y llevado a la agencia de calificación de riesgos Standard and Poor»s a rebajar su nota.

Aun más inquietante es el hecho de que las pérdidas del Citigroup fueron aumentadas por un aumento de 3.300 millones de dólares por previsiones para créditos dudosos concedidos para consumo, un sector en el que ha aumentado la insolvencia.

Para atenuar el impacto de estas pérdidas, Citigroup anunció asimismo haber obtenido 12.500 millones de dólares en dinero fresco, vendiendo acciones a un grupo de inversionistas, en su mayorí­a extranjeros, en una operación privada.

El principal inversionista era el fondo del gobierno de Singapur, que aportó 6.880 millones de dólares y adquirió así­ el 4% del capital del banco. Este mismo fondo ya habí­a capitalizado a la Union de Banques Suisses por 10 mil millones de dólares en diciembre.

Los otros importantes proveedores de liquidez son el fondo soberano de Kuwait (Kuwait Investment Authority) y el prí­ncipe saudita al-Walid bin Talal, que ya era el principal inversionista individual del banco.

Figuran también la división de inversiones del New Jersey, los fondos de inversiones Capital Research Global Investors, Capital World Investors, así­ como su ex presidente Sanford Weill y su familia, que marca su confianza en el nuevo presidente, Vikram Pandit, llegado al cargo en diciembre.

Citigroup completó su financiamiento con el anuncio de una emisión de acciones en la bolsa por un monto de 2 mil millones de dólares.

Se trata del segundo plan de recapitalización en tres meses: a fines de noviembre, el banco ya habí­a obtenido 7 mil 500 millones de dólares del emirato de Abu Dhabi, que habí­a incorporado así­ el 4,9% de su capital.

Para reducir costos, el banco decidió además reducir en 40% su dividendo trimestral, a 32 centavos, de vender activos y de endurecer sus condiciones de concesión de préstamos, además de reducir sus efectivos en 4.200 personas en el cuarto trimestre, sobre un total de 320 mil asalariados.

Por su parte, el banco Merrill Lynch, que publica sus resultados mañana con pérdidas esperadas de muchos miles de millones de dólares, anunció ayer una inyección de dinero fresco de 6 mil 600 millones de dólares, suministrados el fondo surcoreano Korean Investment Corporation y por el kuwaití­ Kuwait Investment Authority, así­ como por el banco japonés Mizuho.

Para Merrill Lynch, se trata de una segunda ronda de refinanciamiento. Ya en diciembre, el banco se habí­a recapitalizado con un fondo de Singapur, Temasek, por 5 mil millones de dólares y por el administrador estadounidense de fondos Davis, por 1 mil 200 millones de dólares.

Estos diversos planes de salvataje no impidieron que las acciones de los grandes bancos se derrumbaran ayer: hacia las diez de la mañana (hora de Guatemala) Citigroup perdí­a 6,5% y Merrill Lynch 3%. Desde octubre, la acción de Citigroup ya perdió más de 40%.

Los accionistas de Citigroup comienzan a protestar: ayer, el CtW Investment Group, que asesora grandes fondos de pensión, pidió explicaciones a cinco administradores del Citigroup.

Los mercados también están preocupados porque el consumo parece flaquear, con ventas al por menor que cayeron un 0,4% en diciembre, en su mayor retroceso en seis meses.

«Toda la cuestión es saber si lo peor para el banco quedó atrás o no», resumió Patrick O»Hare, de Briefing.com.