Así­ manejan la historia


Es la historia madre de la verdad, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir.

Miguel de Cervantes

Ricardo Marroquin
rmarroquin@lahora.com.gt

Las láminas, los hierros, el cemento, los albañiles y el tráfico anunciaron la construcción de un nuevo ambiente en la 7ª. avenida de la zona 4. El proyecto municipal, valorado en más de ocho millones de quetzales y que cuenta con el apoyo económico del sector privado, contempla la construcción de un parqueo subterráneo. Al centro de la plaza se levantará una columna con un ángel en la cúspide.

Acertadamente se ha dicho que la historia es de quien la escribe. La nueva construcción de la Municipalidad de la ciudad de Guatemala es un claro ejemplo de tal afirmación. Las autoridades ediles han dispuesto que la obra lleve el significativo nombre de «Plaza 11 de Marzo», en alusión a la gesta cí­vica impulsada por el Partido Unionista a principios de la segunda década del siglo XX y que propició el derrocamiento de Manuel Estrada Cabrera.

Las y los guatemaltecos contaremos con un monumento más que evoca un hecho histórico determinante para la consolidación del bienestar económico, polí­tico y social de un reducido grupo de la población en detrimento de las grandes mayorí­as.

Estamos hasta el cuello de la propaganda oficial que evoca un supuesto pasado glorioso, en donde supuestamente algunos hombres se jugaron la vida para garantizar la libertad y la democracia en el paí­s, dos valores que cada vez más son disfrutados por menos personas.

Así­, en los billetes de cinco quetzales observamos el rostro de Justo Rufino Barrios y en su honor existe una avenida y una torre de hierro. De manera excepcional, en la escuela se estudia que este caudillo se constituyó en un tirano luego de llegar al poder. Muy poco se menciona sobre su polí­tica agraria, que consistió en el arrebato de las tierras comunales de los pueblos indí­genas para impulsar la siembra del café por la clase terrateniente. Tampoco se dice, por ejemplo, que con Barrios se inició la etapa de las dictaduras liberales, en donde Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico fueron algunos de sus principales exponentes.

Seguramente, se callará que el movimiento unionista que ocasionó la caí­da de Estrada Cabrera no ofreció ningún tipo de beneficios para las y los indí­genas, y que su principal propuesta para lograr un supuesto desarrollo de este grupo poblacional, fue la ladinización de la población.

Acostumbrada y obligada a creer cualquier pavada, la sociedad guatemalteca aceptará el nombre de esta nueva plaza. Quienes impulsan este tipo de proyectos, han querido sepultar los nombres y la historia de hombres y mujeres que pueden generar una inspiración peligrosa para la estructura establecida.

La alimentación, la salud, la seguridad ciudadana, el trabajo, la vivienda, entre otros, son derechos a reivindicar. Sin embargo, también debemos exigir nuestra historia, la que duele y confronta, pero que al mismo tiempo nos harí­a reflexionar sobre el bienestar que pretendemos alcanzar.