Polarización de elecciones venezolanas asfixió a la disidencia del chavismo.
La polarización de las elecciones regionales en Venezuela asfixió a la disidencia chavista, que retó en varios estados al Partido Socialista Unido (PSUV), del presidente Hugo Chávez, pero no consiguió ganar ningún cargo, opinaron analistas consultados.
«Lo que las elecciones dejaron fue un país cada vez más claramente dividido en dos sectores. Al ser planteadas como una suerte de plebiscito sobre la figura de Hugo Chávez y de su propuesta del «socialismo del siglo XXI», la disidencia chavista quedó asfixiada», dijo Saúl Cabrera, de la empresa encuestadora Consultores 21.
En los comicios del domingo, la disidencia del chavismo, representada principalmente por las organizaciones Patria para Todos (PPT) y el Partido Comunista, postuló sus propios candidatos a varias gobernaciones y alcaldías, y consiguió en total 450.000 votos, frente a 5 millones para el PSUV y 4 millones para la oposición.
Con el apoyo del presidente Chávez, los entonces aliados y ahora disidentes habían obtenido en los comicios regionales de 2004 cinco gobernaciones de estado, que el PSUV se precia hoy de haber «recuperado».
El mejor desempeño de los disidentes ocurrió en el estado Barinas, donde el actual alcalde Julio César Reyes consiguió 44% de los votos a la gobernación ante Adán Chávez, el hermano mayor del presidente.
«Pero al no haber ganado, la disidencia queda en una suerte de sandwich. Sus dirigentes se irán alejando del gobierno y sus bases mermarán, porque una parte de sus votos se debía a las gestiones realizadas en gobernaciones y alcaldías», señaló Cabrera.
Luego de conocerse los resultados electorales, que dieron 17 gobernaciones al PSUV y otras cinco, así como la alcaldía metropolitana de Caracas, a la oposición, el presidente Chávez aseveró que «no hay disidencia chavista, lo que hay son traidores».
Para el sociólogo Ignacio Avalos las elecciones regionales mostraron que «el chavismo fuera del PSUV no tiene destino. Hay un liderazgo de Chávez demasiado importante y con demasiado peso ideológico como para que eso sea posible. Chávez es todo en ese campo político».
La disidencia «se ha quedado sin espacio, pues no cabe en el chavismo ni en la oposición», afirmó, aunque acotó que «como partidos no morirán».
Tanto el PPT como el PCV, además de Podemos, un partido de centroizquierda que se había deslindado del chavismo ya en 2007, tienen diputados en la Asamblea Nacional, con lo que su participación en el debate político será siendo intensa, señaló el sociólogo.
En ese mismo sentido, Cabrera apuntó que aunque el PPT y el PCV «se ven completamente disminuidos» con los resultados electorales, «desde el punto de vista cualitativo son una presencia necesaria».
Las diferencias dentro del oficialismo surgieron luego de que, a raíz de su reelección presidencial en diciembre de 2006, Chávez planteó crear un partido único de sus seguidores, hasta entonces reunidos en una coalición que agrupaba a una veintena de movimientos y organizaciones.
Las agrupaciones más pequeñas de la alianza aceptaron disolverse para conformar el PSUV, pero Podemos, PPT y PCV, los tres partidos de mayor tradición y organización, rechazaron hacerlo.
El secretario general del PPT, José Albornoz, quien también es vicepresidente de la Asamblea Nacional, opinó que los comicios del domingo –en los que el PSUV perdió los estados más poblados y ricos del país– plantean la necesidad de que la crítica dentro del chavismo se manifieste más abiertamente.
«Se debe permitir un espacio para expresar el descontento. Es muy difícil que se nos pueda decir a nosotros que somos la derecha o la oposición por el hecho de que tengamos que hacer observaciones», dijo Albornoz.