Asesinos de la Paz H.I.J.O.S.


Edith González

El 29 de diciembre se conmemoraron los diez años de la Firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, que dio paso a la puesta en vigencia de todos los restantes.

El alcalde del municipio de Guatemala ílvaro Arzú, el presidente firmante en 1996 decidió inaugurar un monumento frente a la Plaza Italia, similar al que se encuentra en el Palacio Nacional, según indicó para que podamos verlo con mayor libertad, lo que resulta muy cierto por la dificultad que conlleva el ingreso al Palacio, más luego de la presencia del fallido suicida.

Pero claro, es subjetiva la opinión cuando observamos a los jóvenes de HIJOS dentro de sus instalaciones, durante el discurso de Berger expresando: Asesinos de la Paz.

A lo que no dejan de tener razón, pues si bien dicho está lo expresado por Arzú sobre la necesidad de acabar con la guerra y su arduo trabajo para lograrlo en el primer año de su gobierno, igual es necesario que los otros gobernantes proporcionen a los ciudadanos mejores condiciones de vida. Las que no se alcanzan con sueños, presentaciones de músicos discapacitados, regalando dinero a niños y ancianos a su paso, ni entregando propiedades del Estado a organizaciones de mareros para que las destruyan, saqueen y abandonen, sin deducirles responsabilidades.

Es necesario enfrentar con decisión el cambio de la sociedad y sus condiciones de vida para lograr superar el 57 % de pobreza y el 21 % de extrema pobreza en que vive la población guatemalteca.

Según el comandante Pablo Monsanto, las condiciones que llevaron a este paí­s al enfrentamiento permanecen sin solución. A lo que debemos ahora agregar, los 18 mil migrantes retornados, la fuerte presencia de maras, los crí­menes de mujeres, el ingreso de mercaderí­a sin pago de impuestos, los asesinatos extrajudiciales en los penales y un presidente que en el inicio del siglo XXI busca emular las acciones del tirano Jorge Ubico, despilfarrando los ingresos del pueblo en proyectos caprichosos nada productivos, como su policí­a montada, mientras los damnificados del Stan continúan pasando penas, el muelle de Champerico tirado y los guatemaltecos sin poder obtener su dinero en los cajeros automáticos y bancos del sistema.