Asesino buscaba la gloria póstuma


Solidaridad. Un altar en memoria de las ví­ctimas de Virginia Tech en la embajada de EE.UU en Seúl.

El asesino de la Universidad de Virgina Tech, descrito como un joven solitario desequilibrado, buscaba la «gloria eterna» al enviar un video a la cadena NBC, en el que explicaba algunas de sus razones para matar al menos 30 personas, opinaron los expertos.


Las palabras furibundas y muchas veces incomprensibles del estudiante sudcoreano Cho Seung-Hui, de 23 años, en videos enviados a la cadena de televisión estadounidense, acompañadas de fotos de sí­ mismo con posturas amenazantes, dieron un pantallazo general de lo que pasaba por su mente al planear la peor masacre contra un centro educativo en la historia de Estados Unidos.

«Este hombre era un delirante, bastante paranoide. No puedo afirmar que escuchaba voces, pero no me sorprenderí­a si así­ fuera», dijo Steve Hinshaw, presidente del departamento de psicologí­a en la Universidad de Berkeley, California.

Si bien resulta imposible para cualquier experto diagnosticar la enfermedad mental de Cho tras ver sus videos y sus acciones, la mayorí­a coincidió que el joven podrí­a sufrir de un grave cuadro de fatuidad y posiblemente una depresión bipolar o esquizofrenia.

«El dejó bien claro que estaba cansado del desprecio, y la manera de expresarlo fue en un acto de autodestrucción y un encendido deseo de gloria», dijo Hinshaw en una entrevista telefónica.

«Es escalofriante plantearlo de esta manera, pero hay veces que una enfermedad mental pude adueñarse de una persona de manera de buscar la empatí­a de los otros a través de una acción que demuestre lo que ha sufrido», explicó.

Cho lanzó su ira contra los «niños ricos», el «libertinaje» y los «charlatanes embusteros», en un escrito que dejó en su habitación en una residencia del campus.

Similares acusaciones se repitieron en las 23 cintas de video y 43 fotografí­as que envió a la NBC. Pero el receptor de su rabia es una incógnita, ya que el joven sudcoreano sólo habla de «ustedes».

«Ustedes tení­an cien mil millones de opciones y maneras que hubieran evitado lo que pasó hoy», señaló Cho Seung-Hui en una de las cintas.

«Pero ustedes decidieron derramar mi sangre. Ustedes me arrinconaron y me dejaron una sola opción. Ahora tienen sus manos manchadas de sangre para el resto de sus vidas», afirmó en las cintas difundidas el miércoles.

«No tení­a por qué hacer esto. Podrí­a haber partido. Podrí­a haber huido. Pero no, no me escaparé más. No es por mí­ que lo hago. Lo hago por mis hijos, por mis hermanos y hermanas (…). Lo hice por ellos», dijo Cho.

Esta declaración final parece reivindicar que la vida de Cho no tení­a sentido y tení­a que demostrar o que habí­a sufrido, indicó Hinshaw.

«Es común este tipo de comportamiento en personalidades nihilistas y narcisistas: mi vida no vale demasiado la pena pero voy a ir hasta las últimas consecuencias para hacerle saber a las personas lo que he sufrido», añadió.

Este tipo de enfermedad es poco común, aseguró.

El mismo dí­a en que los videos fueron divulgados, la policí­a informó que el asesino habí­a sido denunciado en 2005 por acoso por dos jóvenes estudiantes y remitido a un hospital psiquiátrico, en medio de temores por su suicidio.

«Lo más lamentable del asunto es que intentaba buscar publicidad y la consiguió», subrayó Mark Horowitz, profesor de psiquiatrí­a de la Universidad de San Francisco, California (oeste).

Horowitz admitió que los medios de comunicación tienen la responsabilidad de brindar toda la información sobre el dramático caso, pero subrayó que es importante que la historia sea contada de tal manera que otras personas con sí­ntomas similares no crean que esta es una buena manera de acaparar la atención.

NBC reconoció que la decisión de divulgar los videos y las fotos les planteó un problema ético y advirtió a los televidentes que el material podí­a afectar su sensibilidad.

El presentador Brian Williams admitió «tener plena conciencia de que, en efecto, esta noche estamos transmitiendo las palabras de un asesino».

Clint Van Zandt, ex funcionario del FBI, que ahora trabaja de analista en la NBC, afirmó estar en desacuerdo con la decisión de la cadena de televisión de transmitir las palabras de Cho.

«Eso es lo que quiere el muchacho», indicó Van Zandt.

Policí­a descontenta

La policí­a lamentó este jueves la difusión masiva del video con testimonios enviado a la NBC por el asesino de Virginia Tech, que fuera puesto al aire.

«Me decepcionó la decisión editorial de emitir estas imágenes perturbadoras», dijo Steven Flaherty, superintendente de la policí­a de Virginia, subrayando que hasta hace poco, solamente los profesionales asignados al caso habrí­an visto esas imágenes.

«Lamento que todos ustedes hayan sido expuestos a esas imágenes», dijo.

«Inteligente y tranquilo»

El surcoreano autor de la matanza de la universidad Virginia Tech era un muchacho tranquilo e inteligente pero cuyos silencios «preocupaban a sus padres», relató el jueves su abuelo citado por la agencia surcoreana Yonhap.

El anciano de 82 años y que sólo fue identificado como Kim, dijo haber visto por última vez a Cho Seung-Hui en 1992, antes que la familia emigrase a Estados Unidos.

Cho Seung-Hui, que en ese entonces sólo tení­a 7 años, era inteligente y tranquilo, recordó Kim, que se declaró abatido cuando supo que su nieto era el autor de la matanza que costó la vida a unas treinta personas en el campus de Virgina Tech en Estados Unidos.