Asco 3


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Yo no lo sé de cierto, pero supongo que si se asigna presupuesto a algún programa o proyecto, aunque sea del Gobierno, es para que se ejecute, digo, por algo, además de lo evidente, se crean planes que buscan disminuir las cifras vergonzosas, por cierto, de desnutrición en el país, nomás por citar alguno de los temas de los cuales de un tiempo para acá se habla, y no precisamente por su éxito, sino todo lo contrario, por su ineficacia.

Claudia Navas Dangel
cnavasdangel@gmail.com


Esto viene luego de escuchar en un programa de radio al secretario de la Secretaría de Seguridad Alimentaria, intentar vanamente justificar la poca ejecución presupuestaria en este tema.

Las excusas abundaron, los señalamientos también, pero al final el resultado, que es lo que importa, sigue siendo el mismo, la desnutrición en niños y niñas no ha disminuido y el dinero ¿quién sabe a dónde va?

Lo que me molesta es escuchar a la vicemandataria y a otros funcionarios decir que están trabajando y luchando por cambiar la situación en la que la niñez guatemalteca vive, y más aún me altera verla en pose maternal en las ambulancias de Huehuetenango, igual a esas postales de los candidatos en campaña besando cabezas de niños en los parques, cuando al final pasa que todo sigue igual, que el dinero no llega y que triste se oye y se oirá la lluvia en las casas de cartón en donde viven los niños que no tienen alimentos, ni salud.

Y bueno, todos a veces proyectamos una imagen que no nos caracteriza, y si es su gusto está bien, digo, sin contar el dinero que cuesta toda esta publicidad. Lo que exacerba es saber que los fondos para mejorar áreas como salud, educación, seguridad y otras, existen, y que la burrocracia –si con dos erres–, la corrupción y la ineptitud hacen que menos del 50 por ciento de estos dineros se ejecute, lo cual obviamente repercute en la salud, o mejor dicho, en la falta de la pésima educación que se imparte y todo lo demás que al final, lo único que logra es que la violencia aumente, el resentimiento se manifieste y que involucionemos como sociedad.

Y es que ¿qué puede esperarse de un Estado, Gobierno digamos, que ha invertido en promedio US$0.54 por adolescente desde 2007? Inversión que ha representado apenas un 1.8% del Producto Interno Bruto.  ¿Qué son Q4 comparados con las dietas que se recetan diputados, ministros y otros funcionarios públicos de menos rango? ¿Qué es esto comparado con lo que se eroga, o al menos dicen que para la manutención de los reos? ¿Qué es esto?, esa es la pregunta.
¿Da o no asco?