La unitaria Central Obrera Boliviana (COB) llamó hoy a una reunión nacional de dirigentes para articular la oposición al alza de precios de combustibles dictada el domingo por el Gobierno, mientras una huelga de transportistas languidecía en su segundo día de vigencia.
El secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes, cercano al presidente Evo Morales, reiteró hoy su planteamiento de que el Gobierno anule el ajuste del precio de la gasolina y el diésel hasta en un 80%, disposición que tildó de «decreto maldito».
La COB deberá lidiar sin embargo con el divisionismo luego de que su secretario general, Felipe Machaca, desconociera la autoridad de Montes por su afinidad con Morales tras acusarlo de «no reaccionar ante el «gasolinazo»».
Machaca llamó a «las bases a organizarse para derrotar la política (alcista) del gobierno».
Mientras, juntas de vecinos de La Paz anunciaron para el jueves una «marcha de protesta» por el aumento de precios, tras una reunión promovida por el alcalde Luis Revilla, ex aliado de Morales y ahora en la vereda de la oposición.
El servicio público de transporte comenzó a reanudarse en tanto en varias ciudades del país, seducido por reajustes de entre 100 y 150% en las tarifas.
En La Paz, Santa Cruz y Cochabamba el transporte estaba prácticamente normalizado con tarifas elevadas a discreción, según mostraron imágenes de la televisión el martes.
Las protestas se trasladaron ahora a los mercados donde las amas de casa lidian con el alza de precio de los productos.
«El problema ahora ya no es solamente la subida del precio del transporte, va a ser la subida del precio de alimentos y van a ser las presiones para un aumento salarial», consideró el economista Alberto Bonadona, docente de la Universidad Católica.
El Gobierno adoptó la medida tras eliminar el subsidio a los combustibles, alegando que era una sangría de 380 millones de dólares anuales para la economía y que además estimulaba el contrabando hacia países vecinos.