Arte=buenas personas


Todas las tardes veo correr a niñas y niños en los pasillos del edificio de Correos. Algunos van con instrumentos musicales y otras haciéndose el peinado especial para practicar danza. Aunque van de prisa, sus rostros reflejan felicidad. Todos llevan bolsones y algunos hasta el uniforme de los centros de estudio.

Edwin Marroquí­n Navas
enavas1313@yahoo.com

Pero al poner los pies sobre la duela, afinar los instrumentos o colocarse las zapatillas de danza la transformación es inmediata. Se concentran y empiezan las rutinas. Su mundo, sin duda da un giro de ciento noventa grados. Y allí­ están, aunque algunos se ven cansados, debido a que se levantan de madrugada y luego tienen jornadas largas de estudio, los ejercicios les renuevan las energí­as.

Y es que el Centro Cultural Metropolitano se ha convertido en un verdadero espacio de aprendizaje. Allí­ se reúnen niños, jóvenes y adultos a practicar danza, música, pintura, moldeado y ajedrez.

Pero también hay espacio para los jóvenes que practican el breakdance. Esa modalidad de baile surgido en los suburbios de Estados Unidos, y que para dominarlo se requiere de mucha habilidad y destreza.

Es de destacar el trabajo que están realizando los alumnos de la Orquesta Metropolitana, integrada por jovencitos y dirigida también por un veinteañero, quienes con profesionalismo en cada presentación demuestran su calidad.

Sin duda que el trabajo de los profesionales que dirigen las distintas escuelas ya está dando sus frutos pues platicando con varios de los alumnos me dijeron que su sueño es «llegar a ser gran artista y maestros».

Siempre he considerado que aquella persona que de niño tuvo contacto con alguna disciplina artí­stica, de adulto verá al mundo y a las personas que lo componen, de una manera distinta. No cabe duda que la responsabilidad de los maestros es grande, pero también lo es de los padres de familia, pues son ellos quienes motivan a los muchachos a enfrentar los retos que representa: por la mañana estudiar y por la tarde involucrarse en una disciplina artí­stica.

Recientemente, en una conversación con un músico que estuvo involucrado con una de las bandas de rock de más reconocimiento nacional y centroamericano, me comentaba que «no creí­a en impartir talleres de canto, puesto que duda mucho que los patojos se fueran a dedicar a la música de forma profesional».

«No te preocupes, le respondí­. Cuando se imparte algún taller, vinculado al arte, no se busca que los participantes lleguen a ser grandes estrellas, no: se busca sensibilizarlos para que simplemente sean buenas personas».

* Mucho ruido en el Centro.- Un amigo que vive en el Centro, me contó que los restaurantes y bares están causando serios problemas, debido a que los jueves el volumen de los equipos de sonido es exagerado.

Bueno, se puede acudir al Ministerio de Ambiente, puesto que el ruido también contamina, de hecho existe un artí­culo que establece los «decibeles» que debe tener un equipo, no digamos por la noche. Así­ que a averiguar de qué forma legal se puede sancionar a los propietarios de estos negocios que perturban la paz y tranquilidad de los habitantes del Centro.