ARTE PERFECTO


Cuando llega el amanecer, el sol ilumina con sus rayos maravillosos la tierra bendita; su luz es el despertador de las aves, y la directora de orquesta que dirige las alabanzas de todos los pájaros.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Al mediodí­a, la claridad es total e inspiradora para los humanos; la vida se exhibe en su bella plenitud, la alegrí­a es visible en todos los rostros, y la paz y el amor se contagian rápidamente.

Al presentarse la tarde, el cielo se cambia de vestidura: celajes perfectos en intensos colores son el marco en el que el astro rey se despide cansado y seguido por sus hijas, las nubes.

Luego, sobre un manto de seda negra, asoma la luna adornada con miles de brillantes joyas que llenan de reflejos plateados la noche.

¡Qué belleza! ¡Qué fascinación! Esa es la obra perfecta de Dios para el deleite de todos sus hijos.