El pasado jueves, se celebró el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, en Guatemala hay pocos motivos para que las féminas lo conmemoren. Más bien, ese día ha servido para replantear nuevamente sus exigencias con respecto a un trato más digno dentro de la sociedad.
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La abolición de la violencia contra la mujer, la apertura de espacios en puestos de decisión, así como dejar de ser tratadas sólo como un elemento decorativo, son demandas que cada año se repiten.
Talvez, la sociedad guatemalteca no está aún preparada para una transformación radical, encaminada a que la mujer goce de igualdad en la sociedad, y que tenga las mismas oportunidades que los hombres.
Lamentablemente, esta labor, que se ha realizado en el ámbito social y político, no ha podido dar todos los frutos necesarios.
Sin embargo, dentro del ámbito artístico, esta problemática, la desigualdad de la mujer, ha servido como un motivo para que cientos de mujeres se expresen a través de su arte.
En esta oportunidad, como parte de las conmemoraciones del Día de la Mujer, se presenta las fotografías de un performance de Jessica Lagunas, y otra imagen de Regina José Galindo, en las cuales se puede observar una crítica hacia el machismo de las sociedades latinoamericanas.
En las gráficas, se puede observar a una mujer, que realiza actividades tradicionales, relacionadas históricamente con la belleza femenina.
Sin embargo, la artista quiere dar a entender que de tanto pintarse los labios y las uñas, y maquillarse las pestañas, la mujer ha llegado a un punto grotesco.
El impacto de las imágenes, sobre todo en el rojo de las uñas y labios, que se relaciona con el rojo de la violencia, puede reflejar también las manchas que pesan sobre las mujeres tras tantas muertes.
Las tres secuencias de escenas llevan por nombre Para acariciarte mejor, Para verte mejor y Para besarte mejor, en alusión al conocido cuento de la Caperucita Roja, que clásicamente ha representado a la mujer en su etapa preadolescente que se enfrenta contra los peligros de la vida (el Lobo Feroz). Sin embargo, se empieza a voltear la tendencia, ya que ahora no es la bestia, sino la mujer la que quiere mostrar su ferocidad.
En las secuencias, es predominante el uso de la sensualidad, subrayado por el rojo de los labios y las uñas, y el verde de los ojos, pero que se echan a perder por el exceso, el cual podría representar que la verdadera belleza de la mujer se pierde por el peso de las costumbres a las cuales las féminas están históricamente ligadas.
En la otra gráfica, se presenta Un espejo para la pequeña muerte, de Regina José Galindo, realizada en diciembre del año pasado en Costa Rica.
En la imagen, la artista expresa el dolor por un secuestro, el cual puede ser entendido como las amarras que atan diariamente a la mujer, y que continuamente están terminando en muerte.
Jessica Lagunas nació en Nicaragua, pero obtuvo todo su desarrollo, personal y artístico, en Guatemala. Actualmente, reside en Nueva York, en donde labora como diseñadora gráfica y fotógrafa. Ella personalmente autorizó el uso de las fotografías de su performance, el cual fue captado por el fotógrafo Roni Mocán.
Regina José Galindo es una artista guatemalteca que ha presentado sus performances en todo el mundo, obra que básicamente se refiere a la violencia contra la mujer, en especial en nuestro país.
Como forma de complemento, en esta misma página aparece un poema de la escritora guatemalteca Ana María Rodas, que fuera publicado en Poemas de la izquierda erótica, que se relaciona con el concepto del arte de Jessica Lagunas y Regina José Galindo.
Asumamos la actitud de vírgenes.
Así
nos quieren ellos.
Forniquemos mentalmente
suave, muy suave
con la piel de algún fantasma.
Sonriamos
femeninas
inocentes
Y a la noche, clavemos el puñal
y brinquemos al jardín
abandonemos
esto que apesta a muerte.