Arte favorece percepción más humana del mundo


DEPA_2

Cultivar las artes no debería ser un privilegio de quienes pueden costearse clases privadas en Guatemala, sino una de las columnas vertebrales en el sistema educativo, indicó la columnista Carolina Vásquez Araya.

GUATEMALA Agencia CERIGUA

De acuerdo con Vásquez, en su columna “A contracorriente”, se ha demostrado que en un país en el que la cultura y el arte son considerados prescindibles en las instancias de las cuales depende su existencia y su promoción, hay personas e instituciones preocupadas por su desarrollo.

Las disciplinas artísticas constituyen una de las más valiosas palancas para alcanzar otras alturas en la evolución de la niñez y la juventud, destacó la columnista. Vásquez dijo que muchos han sido los ensayos realizados por idealistas convencidos de la fuerte influencia del arte en la mente de las nuevas generaciones; saben, por experiencia, que el cultivo de las disciplinas artísticas no sólo significa un espacio de esparcimiento sino la construcción de una forma más humana de ver el mundo.

Los expertos han catalogado al arte como un vehículo de comprensión capaz de canalizar de manera positiva una energía que de otro modo se transforma fácilmente en violencia, subrayó la profesional.

Vásquez indicó que las bailarinas, apoyadas por la Organización para las Artes, han logrado trascender en una rama artística que tuvo momentos de gloria en Guatemala pero que hoy se encuentra abandonada, sin embargo, pese a la pobreza de la Escuela Nacional de Danza y el nulo apoyo que recibe del Estado, todavía acoge con entusiasmo a niñas y niños deseosos de iniciarse en tan estricta disciplina.

La música es otra de las parientes pobres de la cultural, con un Conservatorio Nacional de Música que se mantiene funcionando a pesar de los pesares, donde la juventud deseosa de aprender debe realizar enormes sacrificios para cumplir sus sueños y no renunciar a ellos ante la vista de pianos destartalados y salones de techo en ruinas, subrayó Vásquez.

Según la columnista, tanto el estudio de las distintas ramas del arte, como la incursión en la cultura nacional constituyen instrumentos de paz por naturaleza, ellos conforman las bases de sociedades desarrolladas, capaces de crear armonía y belleza allí donde otras sociedades menos afines a esos temas sólo producen conflictos.

Guatemala es un país orgulloso de grandes exponentes como Carlos Mérida, Miguel Ángel Asturias, Luis Cardoza y Aragón o Rina Lazo, pero no cuida las raíces que podrían producir muchos otros en las generaciones presentes y futuras, destacó la profesional.

Finalmente, Vásquez indicó que si la juventud debe ir a contracorriente en esta búsqueda de la excelencia, es porque sus gobernantes no han entendido que es a través del arte y la cultura como se desarrolla una sociedad y se construye una nación.