Una enorme tela de 6 metros por 20, desnudos que se encuentran entre la foto y el video, o una estructura de imágenes en base a fotografía y pintura son algunas de las obras que presenta la exhibición «Bolivia/Arte contemporáneo/Disolvente de preconceptos» en Montevideo.
La muestra fue inaugurada el jueves en el Centro Cultural de España, con la curaduría de Cecilia Bayá.
Pese a ciertos aspectos que delatan un origen, no es fácil afirmar a primera vista la procedencia boliviana de las obras.
Cecilia Lampo (1952), fotógrafa y pintora, interviene las imágenes. «No es una manera absolutamente innovadora, pero sí es para mí una manera novedosa de acercarme a la realidad», dice a la AFP.
Lampo era antes fotógrafa y pintora por separado. «Vengo de la pintura abstracta, que es la que me acercaba al mundo interior», mientras que con la fotografía «reflejaba la realidad, o la imagen de la realidad».
«Antes me interesaba mucho la nada, el todo, el Universo; ahora me interesa la realidad», agrega Lampo, confesando motivaciones políticas.
Joaquín Sánchez (1975), en tanto, trabaja «con medios muy contemporáneos», como el video. «Me interesa mucho el rescate de lo tradicional y lo popular y llevarlo a un espacio, un contexto más contemporáneo», afirma. «Me gusta esa frase de ’volver al futuro’».
«Es muy difícil de hablar de un arte latinoamericano, o de un arte boliviano, de un arte uruguayo o un arte paraguayo», dice la curadora a la AFP.
«Evidentemente hay ciertos rasgos, obras que pueden ser en cierto grado comunes» y «se siente alguna identidad de alguna manera, pero no creo que sea la intencionalidad de ninguno de los artistas», explica.
«Eso sale del subconsciente de los artistas, por una vivencia, un determinado entorno, una determinada cultura. Sin embargo hay algunos artistas que omiten absolutamente eso, y tienen una obra mucho más universal, y eso mismo pasa si pensamos en un contexto de arte latinoamericano», afirma.
Explica que «hoy día la globalización es tal, que cada vez se diluye más esa característica. En algún momento tal vez ha sido notoria, como cuando se hablaba del arte mexicano, aquel muralismo que realmente impregnó a Latinoamérica, por unos intereses, por unas ideologías».
Bayá asevera que «las culturas nativas (de Bolivia) son tan fuertes, tan profundas, tienen tanto sentido en todas sus expresiones, de contenidos fuertes, que no queremos escapar de ellas, queremos vivir en ellas, solo dándoles nuevos tipos de expresión, que son los lenguajes contemporáneos».
La curadora, que indicó que esperan poder llevar la muestra a Brasil, Argentina y Paraguay tras su pasaje por Uruguay, destacó por otra parte que «al arte producido en Latinoamérica le tocó el turno» en los mercados internacionales.
«Estamos en galerías de todo tipo, museos, subastas, ferias, evidentemente se ve que hay una presencia más fuerte de Latinoamérica en los mercados internacionales y en los espacios de arte internacionales», afirma.
Indicó asimismo que en Bolivia «se está dando de una manera muy fuerte» un cambio generacional en el arte, «una nueva generación que está trabajando con nuevos medios».
«Los nuevos lenguajes, como son los videos, la fotografía digitalizada, mil técnicas diferentes, que están usando los jóvenes (…) están zafando de la escuela conservadora y empezando a trabajar de una manera interesante», dice Bayá, que hace curadurías en forma independiente e integra la Fundación del Banco Central de Bolivia.