Arte abstracto latinoamericano en Nueva York


Una exposición sobre arte abstracto mostrará este mes en Nueva York una faceta menos conocida de la creación contemporánea de América Latina, a menudo reducida en Estados Unidos a estrellas figurativas como el colombiano Fernando Botero o los muralistas mexicanos.


«La geometrí­a de la esperanza: Arte abstracto de América latina» presentará a partir del 12 de setiembre en la galerí­a de arte Grey de la Universidad de Nueva York 130 obras pertenecientes a la corriente de la abstracción geométrica.

Joaquí­n Torres-Garcí­a (Uruguay), Alfredo Hlito y Tomás Maldonado (Argentina), Geraldo de Barros, Waldemar Cordeiro y Hélio Oiticica (Brasil) y Jesús Rafael Soto o Carlos Cruz-Diez (Venezuela) se destacan en la muestra.

Inaugurada poco antes de las subastas del otoño boreal, la exposición coincide con el renovado interés por los artistas de América Latina, que batieron récords en las ventas de primavera, incluyendo obras de corrientes poco trilladas.

Según Lynn Gumpert, director de Grey, «la exposición promete ser una experiencia de descubrimiento visual para los visitantes, especialmente para aquellos a quienes el término ’arte latinoamericano moderno’ se asimila por lo general con pinturas figurativas o con murales de contenido polí­tico».

Realizadas entre 1930 y 1970, las obras pertenecen a la colección de la venezolana Patricia Phelps de Cisneros –esposa del magnate de los medios Gustavo Cisneros– que con tiempo, pasión y la fortuna de su marido armó una de las colecciones de arte más importantes de América Latina.

Las obras fueron seleccionadas junto a curadores de la Universidad de Texas de Austin. «En Nueva York, las obras no sólo serán vistas por estudiantes y académicos, sino por un público muy amplio y diverso», dijo Phelps de Cisneros.

La exposición se focaliza en ciudades y perí­odos clave para el desarrollo de la abstracción en América: Montevideo en los años 30, Buenos Aires en los 40, Sao Paulo y Rio de Janeiro (50-60), Parí­s en los sesenta y Caracas (60-70).

Incluye nueve obras de Torres-Garcí­a, presentado como punto de partida y pilar del arte abstracto en la región, así­ como de algunos integrantes destacados de su taller: Gonzalo Fonseca, Julio Alpuy y José Gurvich.

Al trazar el flujo de ideas y corrientes en función de momentos y grupos especí­ficos de esas ciudades, la exposición pone en evidencia interacciones inesperadas entre los diferentes movimientos.

Por ejemplo, la fusión impulsada por Torres-Garcí­a entre el arte americano y el neo-plasticismo fue rechazada por la generación siguiente de ardientes marxistas en Argentina.

Las aspiraciones racionales e internacionalistas de los concretistas de Sao Paulo en los 50 fueron reinterpretadas y cargadas con referencias especí­ficamente brasileñas en Rí­o de Janeiro.

La inclusión de Parí­s como ciudad «latinoamericana» busca destacar la naturaleza cosmopolita e internacional que tuvo la corriente abstracta en la región.

«La exposición revelará que la abstracción al sur de la frontera no es para nada provinciana y que en realidad no sólo se desarrolló dentro del movimiento internacional sino que lo influenció», comentó Gumpert.

Junto con la exposición, las Universidades de Nueva York y Texas presentarán un simposio con especialistas, conciertos, una conferencia sobre los artistas latinoamericanos exiliados en Parí­s durante la Guerra Frí­a y otra sobre Torres-Garcí­a en la capital francesa. La muestra permanecerá abierta hasta el 8 de diciembre.