Fuerzas iraquíes arrestaron hoy a un legislador suní buscado por acusaciones de terrorismo y mataron a su hermano y cinco de sus guardaespaldas después que éstos abrieron fuego contra los efectivos, un incidente que probablemente haga subir de tono las tensiones sectarias en el país.
El legislador, Ahmed al-Alwani, se ha destacado entre los organizadores de las protestas suníes contra el gobierno, liderado por los chiíes, durante los últimos meses. El gobierno lo buscaba por una acusación de terrorismo por incitar a la violencia contra los chiíes que llegaron al poder después de la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó al gobierno suní de Saddam Hussein.
Cuando las fuerzas militares y de seguridad llegaron a su casa hoy al amanecer en la occidental ciudad de Ramadi, los guardaespaldas y miembros de la tribu de al-Alwani abrieron fuego, lo que provocó un enfrentamiento que duró casi una hora, dijo un policía.
Además del hermano de al-Alwani y los cinco guardaespaldas muertos, 12 guardias y soldados fueron heridos. Otros seis guardias fueron arrestados, informó el agente. Un funcionario médico confirmó la cifra de bajas. Los dos hablaron a condición de no ser identificados porque no estaban autorizados a hablar con los medios.
Desde diciembre pasado la minoría suní de Irak ha protagonizado protestas contra lo que alegan es el trato de ciudadanos de segunda clase a manos de la mayoría chií. Las protestas se han centrado en la occidental provincia de Anbar y otras zonas suníes en el norte. Los suníes han exigid eliminar algunas leyes que creen son injustas con ellos.
El arresto de Al-Alwani ocurre un año después que varios guardaespaldas del ministro de Finanzas, Rafia al-Isasi, también suní, fueron arrestados en una redada antiterrorista, y dos años después que las autoridades emitieron una orden de arresto contra el vicepresidente Tariq al-Hashemi, también suní, bajo cargos de terrorismo.
Al-Hashemi, que ahora vive exiliado en la vecina Turquía, ha sido condenado a varias sentencias de muerte por parte de tribunales iraquíes que lo declararon culpable en ausencia en varios casos de terrorismo. Él ha negado los cargos y dice que tienen motivaciones políticas.
Junto a las protestas suníes ha habido un aumento en los ataques de insurgentes en todo el país y el gobierno, algunos funcionarios partidarios de la administración y notables de las tribus en Anbar han acusado a los campamentos de opositores de albergar a miembros de la rama local de al-Qaida, a quienes creen responsables de los ataques.
También en Anbar, fuerzas de seguridad lanzaron este mes una fuerte operación militar para perseguir a combatientes de al-Qaida en el enorme desierto de la zona. Se cree que al-Qaida ha aprovechado la guerra civil en Siria, que tiene frontera con Anbar, para reconstruir la organización y trasladar miembros entre los dos países.
La violencia en Irak en los últimos meses ha aumentado a niveles no vistos desde 2008, lo que ha provocado temores de que el país pueda regresar al borde de la guerra sectaria. Según la ONU, ha habido más de 8 mil muertos por la violencia desde principios de año.