El sobrino de uno de los jefes del cártel mexicano de Los Caballeros Templarios fue arrestado en el oeste de México, acusado de asesinato de menores de edad para extracción y venta de órganos, informó hoy la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán.
Manuel Plancarte Gaspar pertenece a la misma organización criminal que su tío, Enrique «Kike» Plancarte, uno de los principales líderes templarios después de la muerte de su fundador, Nazario Moreno, «El Cayo», el 9 de marzo en un operativo federal.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, «es investigado por la muerte de menores de edad, a quienes extraía sus órganos para venderlos» y fue arrestado en posesión de un vehículo robado.
Hasta ahora no se tenía conocimiento de que los templarios también estuvieran involucrados en el tráfico de órganos.
Las autoridades informaron sobre la detención de Plancarte Gaspar a través de Twitter y no dieron más detalles sobre los delitos que se le imputan.
El cártel surgió en 2010 como sucesor de La Familia Michoacana y se convirtió en una de las organizaciones más peligrosas de México, con actividades que van desde la fabricación de metanfetaminas, al secuestro, la extorsión y la extracción y exportación de minerales.
El gobierno federal mexicano ha intensificado en los últimos meses los operativos en Michoacán, donde, además de los cárteles, operan grupos de autodefensa, milicias civiles armadas, que también han sido acusadas de incurrir en abusos contra la población.
La semana pasada fue arrestado el líder de las autodefensas del poblado de La Ruana, Hipólito Mora, como copartícipe en el asesinato de dos miembros de estas organizaciones que habían cuestionado su forma de actuar. Mora está acusado de 35 delitos, entre ellos robo y despojo de propiedades.
La detención ha generado tensiones en la relación entre las autodefensas y el gobierno en Michoacán.
El grupo comandado por José Manuel Mireles, otro de los principales jefes de las milicias armadas, acusó al gobierno de traición y de pretender aniquilarlos.
No obstante, las autodefensas descartaron por lo pronto una ruptura con el gobierno, aunque indicaron que exigirán que se cumplan acuerdos pactados entre ambas partes para acelerar el regreso de la tranquilidad a Michoacán.
El gobierno, por su parte, busca una desmovilización paulatina de las organizaciones civiles armadas y ha advertido que no tolerará actos delictivos por parte de quienes dicen defender a sus comunidades.