Arrepentido debe estar el Vicepresidente


Después de haber leí­do las declaraciones dadas a la prensa por el experto chileno Raúl Urrutia ívila, presidente del autónomo Consejo para la Transparencia de Chile, seguramente a estas horas nuestro Vicepresidente estará diciendo que mejor no lo hubiera invitado, pues vino a confirmar los mismos argumentos que una y mil veces hemos estado diciendo quienes rechazamos la actitud gubernamental al ocultar cómo se administran y manejan los fondos públicos de los programas sociales a cargo de la Primera Dama.

Francisco Cáceres Barrios

En Chile no hay tales de guardar datos bajo siete llaves solo por el hecho de que a alguien se le ocurra calificarlos de secretos, ya que en el mandato legal que existe no es la propia administración la que determina si el documento tiene esa categorí­a. Fue claro el experto chileno al decir que en su paí­s todos los subsidios que se dan, por la Ley de Transparencia, los nombres de las personas necesitadas tienen que estar publicados en la página web por quienes lo otorgan, señalándose el monto que se le entrega a cada persona.

También fue muy claro al decir que la falta de transparencia en los gobiernos resta credibilidad a sus acciones y que ese control debiera de efectuarse afuera del Gobierno, como que es la sociedad la que debe combatir la corrupción y por lo tanto debiera reflejarse en los procesos electorales. Agradecemos al experto chileno Raúl Urrutia que haya venido a confirmarnos lo que tanto hemos dicho y que vamos a seguir insistiendo, porque la población tiene el sobrado derecho de saber qué hacen los servidores públicos, debiendo tener bien claro que quienes financian los programas gubernamentales somos los ciudadanos y por lo tanto tenemos el poder de exigir de qué manera se cumple el mandato encomendado.

Algo sumamente importante de subrayar es que el experto chileno vino a ratificar el criterio que miles de veces hemos leí­do en cientos de columnas de renombre en nuestro paí­s, asegurando que si los gobiernos son corruptos, es indudable que las sociedades tienden a corromperse, puesto que el comportamiento de ellos es el mejor ejemplo. No hay para dónde pues, es a la sociedad guatemalteca a quien le corresponde jugar el debido rol, el que bien podrí­a hacerse a través de los procesos electorales.

Ahora que estamos estrenando, por decirlo de alguna manera, Contralora General de Cuentas de la Nación, serí­a bueno que empezara su ardua labor por incrementar la credibilidad que otrora tuviera la función que a ella ahora corresponde, dando a conocer la totalidad de hallazgos encontrados en los programas llamados de Cohesión Social durante el actual perí­odo presidencial y mejor si es antes que se termine, así­ como dedicarle, de ahora en adelante, la atención que merece, pues por todos es sabido que absorbe enorme cantidad de recursos, los que mejor debieran utilizarse en lograr los fines para los que fueron creados.