Arremeten contra Dalai Lama


Las autoridades chinas volvieron hoy a su agresiva retórica contra el Dalai Lama, pese a haber entablado el diálogo con representantes del lí­der tibetano, mientras una responsable de la minorí­a musulmana china las acusaba de acentuar la represión contra ese grupo étnico.


Preparándose para el paso de la llama olí­mpica por la región noroccidental de Xinjiang a finales de junio, las fuerzas de seguridad chinas comenzaron a detener a miembros de la etnia uigur, de religión musulmana, declaró Rebiya Kadeer, presidenta de la Uighur American Association.

«Las autoridades chinas han estado llevando a cabo un fuerte represión de los uigures para poder hacer pasar la llama por el Turquestán Oriental», afirmó Kadeer, exiliada en Estados Unidos, utilizando el término uigur para designar la región.

«Hemos sabido que muchos uigures fueron detenidos por las autoridades chinas para evitar protestas pací­ficas al paso de la antorcha olí­mpica», declaró por email.

El periplo mundial de la llama olí­mpica ha estado sembrado de protestas contra la situación de los derechos humanos en China y la violenta represión de las revueltas antichinas en Tí­bet en marzo.

Responsables chinos y emisarios del Dalai Lama se reunieron ayer en el sur de China en su primer encuentro en más de un año, como resultado de la presión internacional sobre Pekí­n para que reanude las negociaciones con el exilio tibetano tras siete semanas de disturbios en Tí­bet.

Pese a que no se anunció ningún resultado significativo, el encuentro finalizó con el acuerdo de volver a reunirse, pero un dí­a después las autoridades chinas no daban señales de que su posición hubiese cambiado.

«Después de los enfrentamientos del 14 de marzo en Lhasa, el Dalai Lama no sólo se negó a admitir sus crí­menes monstruosos, sino que continuó con el fraude», escribí­a hoy el diario estatal Tibet Daily.

La «camarilla del Dalai» intenta «confundir a la opinión pública e incitar al odio étnico», afirmaba el artí­culo.

Por su parte, el gobierno tibetano en el exilio en India celebró el encuentro y se congratuló de que Pekí­n se haya comprometido a continuar las conversaciones.

«El hecho de estar una vez más en contacto es particularmente vital para la cuestión tibetana», declaró por teléfono el portavoz del gobierno tibetano en el exilio, Thubten Samphel.

La llama olí­mpica emprendió ayer su recorrido por China, que incluye etapas controvertidas como el paso por Tí­bet el 19 y 20 de junio y por Xinjiang del 25 al 27 de junio.

Los uigures de la región autónoma de Xinjiang, pueblo musulmán de Asia Central enfrentado desde hace tiempo al control de Pekí­n, acusan a las autoridades chinas de llevar a cabo polí­ticas opresivas destinadas a extinguir su cultura.

Otro lí­der uigur en el exilio, Dolkun Isa, secretario general del World Uighur Congress con base en Múnich, declaró el sábado que más de 10 mil personas han sido detenidas en Xinjiang en los últimos cuatro o cinco meses.

Las autoridades china afirman enfrentarse a una amenaza real de terrorismo musulmán en Xinjing, donde viven unos 10 millones de musulmanes de la etnia de los uigures.

Pekí­n anunció recientemente el desmantelamiento de cuatro planes de atentados terroristas, dos de los cuales estarí­an dirigidos contra los Juegos Olí­mpicos de Pekí­n en agosto.

En uno de ellos, los terroristas planeaban secuestrar a periodistas, turistas y atletas extranjeros, afirmó en abril el gobierno chino, que no ofreció ninguna prueba de sus afirmaciones.