Casi tres años después de los atentados islamistas que el 11 de marzo de 2004 conmocionaron a España al estallar diez bombas en cuatro trenes suburbanos, matando a 191 personas e hiriendo a 1.824, se abrió hoy en Madrid el macrojuicio contra los 29 acusados, en su mayoría de origen árabe.
Sin la afluencia que se esperaba de familiares y víctimas, pero sí de periodistas, el mayor juicio contra el terrorismo islamista en Europa comenzó hacia las 10H30 locales (09H30 GMT) en un edificio anexo de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, en la entrada del parque de la Casa de Campo (oeste de Madrid) en medio de un importante despliegue policial.
Quince marroquíes, nueve españoles, dos sirios, un egipcio, un argelino y un libanés pasarán por el banquillo de los acusados -entre éstos los tres supuestos «cerebros», los tres «autores materiales» y el principal abastecedor de los explosivos, que podrían ser condenados a más de 270.000 años de cárcel en total, aunque la pena máxima efectiva en España es de 40 años.
El primero en ser citado a declarar por el presidente del tribunal, el juez Javier Gómez Bermúdez, fue Rabei Ousmane Sayed Ahmed, alias «Mohamed el Egipcio», considerado uno de los presuntos «cerebros» de los ataques, que en conversaciones interceptadas por los servicios secretos italianos se habría vanagloriado de haber organizado los atentados del 11-M al asegurar que «el hilo de Madrid fue mío».
Uno de los presuntos ideólogos de los atentados del 11-M Rabei Osman El Sayed, «El Egipcio», accedió finalmente a responder a las preguntas de su abogado después de que el tribunal le diera la oportunidad de rectificar su negativa inicial a contestar a las otras partes en este proceso.