Arnoldo Ramí­rez Amaya: El pájaro sobreviviente o la inmortalidad del Tecolote


Luis Raúl Navas Escobedo

Arnoldo Ramí­rez Amaya, «El Tecolote» (Guatemala, 1944), inicia su aventura por el camino del arte, a finales de los sesenta. No en balde fue un expositor predilecto en la Academia de Bellas Artes y la sala Enrique Acuña (8a. avenida y 12 calle zona 1, frente al Gadem). Su aporte fue tan valioso, que mereció tener dos exposiciones importantes en un año (Dirección General de Cultura y Bellas Artes, 1968).


Internacionalmente, representó a la plástica guatemalteca con su obra en el grabado en Lieja, Bélgica. Ha destacado también como muralista con su obra, en 1973, en la Ciudad Universitaria, zona 12 de la ciudad de Guatemala.

Su vasta obra dispersa en el mundo y sus ya clásicos libros de arte. Como muestra de ello, y como homenaje a su trayectoria, en el 2006, Ediciones del Pensativo reeditó «Sobre la libertad, el dictador y sus perros fieles», obra que originalmente fuera publicada por la editorial mexicana Siglo XXI en 1976, y que se publicó de nuevo con el patrocinio de Ana Cofiño.

Su famoso discurso polí­tico (y artí­stico), hicieron que el mismí­simo Gabriel Garcí­a Márquez (Colombia, 1927), prologara este clásico de arte de denuncia latinoamericana: «Ese hombre nació en Guatemala, se llama Arnoldo Ramí­rez Amaya, y es el autor de este libro de escalofrí­os…», comentó en el texto inicial del libro el ya mencionado Premio Nobel de Literatura.

En los ochenta, trabajará sus series de pájaros, tecolotes y otras figuras zoomorfas, además de sus músicos. como un compás de espera y reflexión ante la realidad circundante.

En 2005, publicó «El pájaro sobreviviente o la inmortalidad del Tecolote»; a decir del propio Ramí­rez Amaya, y como recoge Arturo Taracena en su presentación para la segunda edición, esta obra de la tinta «constituye un poema gráfico», pues fue hecho como marco de una historia de amor – la que mantuvo el artista con la fotógrafa francesa Marie-France Hoteux; y sobrevivió «El Tecolote» a esta historia, como ha sobrevivido a lo largo de los años «La trágica historia guatemalteca», cuya reedición artesanal no deja de ser también especial.

Para esta obra, Ramí­rez Amaya esboza la sensualidad en cada uno de sus trazos. Como tal poema de amor «voluptuosidad plasmada, como lo demuestran las figuras de la mujer, del corazón, de los cuerpos, los dedos los sexos, las rosas y las tortugas con que se describe el triunfo del amor», como comentara Taracena Arriola.

No ignoramos «la crí­tica destructiva que durante años ha buscado minimizarlo», como recordara el ya citado Taracena Arriola, por lo cual hay que resaltar merecidamente lo que significa para la plástica guatemalteca y latinoamericana, Arnoldo Ramí­rez Amaya – El Tecolote o El Pájaro Sobreviviente: Genio del dibujo y la tinta, magní­fico ilustrador de la Revista Alero en la década de los setenta; grabador, muralista, intelectual de la imagen y crí­tico de la realidad guatemalteca. Un artista latinoamericano consumado.

Este año, una nueva generación de artistas guatemaltecos hace eco de este grande de Guatemala, haciendo que cobre vigencia, de nuevo, su obra.