Armas: pocas acciones


Discusión. La facilidad para portar armas en EE.UU. es objeto de discusión constantemente.

La masacre de la universidad Virginia Tech, el peor ataque de esta clase en la historia de los Estados Unidos, relanzó el debate sobre el porte de armas en el paí­s, aunque los partidarios de un mayor control no albergan demasiadas esperanzas de que cambien las cosas.


Después del tiroteo del lunes en el que fueron asesinadas 32 personas se escuchaban voces que reclamaban un mayor control en las ventas de armas.

El presidente estadounidense, George W. Bush, quien acudió personalmente este martes al campus de Virginia Tech para rendir homenaje a las ví­ctimas de la masacre, afirmó a la cadena de televisión ABC que «no ha llegado el momento» de iniciar este debate.

«No es el momento de discutir eso», dijo Bush, quien en 2000 y 2004 recibió el apoyo de la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés), que defiende los derechos de los portadores de armas de fuego en Estados Unidos.

Pero «pienso que deberí­a haber muchas discusiones» sobre el tema, luego de que las investigaciones arrojen luz sobre la matanza y las familias hayan hecho el luto, concedió Bush.

Esta masacre «recuerda que algunos de los peligros más graves que amenazan a los estadounidenses provienen de asesinos que tenemos en casa, dotados con armas terriblemente fáciles de obtener», señaló el New York Times en un editorial. «Lo que es necesario, de manera urgente, es un control más estricto de armas».

«Falta determinar las motivaciones del tirador y cómo se armó. Sin embargo sabemos hasta qué punto es fácil que un individuo obtenga armas potentes en este paí­s», destacó Paul Helmke, de la «Campaña Brady para prevenir la violencia por armas de fuego», dedicada a denunciar la inacción de las polí­ticas al respecto.

Cho Seung-Hui, el estudiante surcoreano responsable de la muerte de al menos 30 personas, compró en toda legalidad sus armas en una armerí­a de Roanake, cerca de la universidad.

«Hace ocho años, los jóvenes de Littleton, Colorado, sufrieron un horrible ataque en el colegio de Columbine, y hace casi seis meses cinco jóvenes murieron en una escuela amish en Pensilvania. No hemos hecho nada como paí­s para poner fin a la violencia por armas de fuego en nuestras escuelas y comunidades. Al contrario, facilitamos el acceso a armas potentes», dijo Helmke.

Unas 30.000 personas mueren por año en Estados Unidos a causa de la violencia por armas, indicó Ladd Everitt, de la coalición «Stop Gun Violence» (’Alto a la violencia por armas’).

A juicio de Everitt, «el mercado ilegal se abastece con los vací­os legales que permiten obtener armas a los criminales, niños y otros compradores no-autorizados». Por ejemplo, treinta estados permiten a los exconvictos, por un simple vací­o jurí­dico, obtener armas en ferias sin que se comprueben sus antecedentes.

Sin embargo, el tema del control de armas sigue siendo sensible y divide desde décadas el paí­s, en el que un 40% de los hogares poseen una, apelando a la definición de los derechos individuales y constitucionales.

Regularmente, a menudo después de casos como el de la universidad Virginia Tech, el tema vuelve a ser discutido. Pero raramente da lugar a decisiones como la Ley de control de armas votada en 1968 después de los asesinatos del lí­der de los derechos civiles Martin Luther King y del senador Robert Kennedy.

El congresista demócrata Steny Hoyer indicó el martes que habrí­a «debates», pero no un proyecto de acción inmediato. «No quiero entrar en el debate sobre lo que se debe hacer menos de 24 horas después del incidente», señaló.

El jefe de la mayorí­a demócrata en el Senado, Harry Reid, consideró también que era urgente esperar antes de legislar. «Espero que no haya precipitación para actuar», declaró.