Mayúscula fue mi sorpresa cuando el 27 o 28 de mayo de 2009 leí el artículo de Frida Modak, excelente periodista chilena, sobre la tremenda manipulación que se daba en ese momento para dar un golpe de Estado en la República de Guatemala, tomando como bandera el caso del asesinato y el video del abogado guatemalteco Rodrigo Rosenberg.
18 días después de realizado el asesinato del abogado y que el famoso video diera la vuelta al mundo por Internet, Frida Modak expuso un análisis que en partes conducentes dice lo siguiente: «Se dirá que el abogado Rosenberg grabó un video en el que señalaba que lo iban a matar y responsabilizaba de ello al Presidente de la República, a su esposa y a algunos colaboradores del mandatario. Cuando lo asesinaron el video fue profusamente difundido y los señalados como presuntos asesinos fueron puestos en la picota pública sin que se planteara una pregunta fundamental ¿es concebible que alguien que cree que lo van a matar no haga nada por evitarlo sino que se limite a esperar a que el hecho ocurra porque ha dejado un video acusatorio que supuestamente será su carta de triunfo cuando ya esté muerto?
Las investigaciones de los tres crímenes (Musa) no están en manos del Gobierno, sino que a petición de éste las realiza la Comisión Internacional Contra la Impunidad, organismo que depende de Naciones Unidas. A pocos días de iniciado el trabajo de esta Comisión, la prensa guatemalteca, que pertenece casi en su totalidad a la oposición, informó que se indagaba la existencia de una relación entre el abogado Rosenberg y Marjorie Mussa, asunto que no se volvió a mencionar.
Pero en Guatemala circulan varias versiones sobre lo sucedido y en ellas se afirma que la relación existía, que la señora Mussa se había separado o se separaría de su esposo y que su padre se oponía abiertamente a ello. A eso se agrega que los informes periciales indicarían que el objetivo del ataque de que fueron objeto los Mussa era solamente el empresario y que su hija recibió una bala que, al desviarse, le habría causado la muerte.
En ese contexto se formulan varias preguntas, una de ellas es quien quería matar a Khalil Mussa y la otra de qué manera la muerte de Marjorie Mussa pudo afectar al abogado Rosenberg, que sufría el trastorno bipolar desde su juventud, y hacerlo susceptible a un manejo perverso, del cual los principales sospechosos son el que grabó el video y el que lo distribuyó. La Comisión Internacional Contra la Impunidad determinará la efectividad de estas informaciones.» Fin de cita.
Lo que me sorprendió fuertemente fue saber que el abogado padecía de trastorno afectivo bipolar conocido popularmente como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva. Es este un trastorno del estado del ánimo que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas). Su causa es un desequilibrio químico en un tipo de biomoléculas del cerebro llamadas neurotransmisores. El afectado oscila entre la alegría y la tristeza, de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología. Así, el afectado sufre de episodios o fases depresivas o eufóricas (maníacas). Una persona con un trastorno afectivo bipolar también suele ser violento en variadas ocasiones. Tiene tratamiento farmacológico.
El caso Rosenberg aún no está totalmente resuelto, pero dejó heridas muy profundas en Guatemala.