En declaraciones ofrecidas al diario mexicano El Universal en la víspera de su viaje a México, el Presidente de Costa Rica criticó severamente el llamado Plan Mérida y la «ayuda» que Estados Unidos ofrece a ese país y a los centroamericanos en el combate al narcotráfico. Dijo que la ayuda total ofrecida a México es de 400 millones de dólares, suma que no llega siquiera a lo que gastan diariamente en la guerra en Irak, no digamos la ayuda de 16 millones de dólares que se asignó para este año a Guatemala, país que se encuentra agobiado por la presencia de los distintos cárteles de la droga.
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Cuando uno repiensa las cosas y entiende que Irak no tuvo que ver con los ataques del 11 de Septiembre de 2001 y que fue un capricho de Bush porque ni siquiera existían arsenales de las llamadas armas de destrucción masiva, y ve lo que Estados Unidos ha gastado en esa guerra a lo largo de todos los años, no puede sino compararlo con lo que invierte en el combate a quienes están destruyendo a su juventud mediante el envío masivo de drogas que, al venderse, causan un daño tremendo a esa sociedad. Mejor hubieran invertido siquiera un porcentaje de lo que gastaron en la guerra en Irak en el combate a un comercio que les afecta diariamente y que es una seria amenaza para su misma seguridad nacional.
El problema es que se encarga a nuestros países la lucha contra el narcotráfico, pero con verdaderas cascaritas de huevo porque los recursos no llegan en cantidad suficiente para equipararse, siquiera, a lo que manejan y mueven los narcotraficantes en su exitosa labor de corromper nuestras instituciones y penetrarlas para asegurar su impunidad. Arias todavía se mostró de alguna manera «elegante» en la crítica a Washington diciendo que cree que se gasta el dinero en el combate al tráfico interno en los Estados Unidos, cuando todos sabemos que allá también funcionan mafias y cárteles que gozan de la misma impunidad que tienen los que trasiegan en estas latitudes.
El Presidente tico dijo al reportero de El Universal que ese tema lo abordará con el vicepresidente Biden cuando se reúna con los mandatarios centroamericanos en San José al final de esta semana y la verdad es que sería importante que lo haga y que nuestras autoridades también señalen el absurdo que es pretender que se produzcan grandes incautaciones y avances en la lucha contra el narcotráfico con migajas como los 16 millones de dólares que en medio de gran publicidad se asignaron a Guatemala para enfrentar a la multimillonaria industria de la droga que se está enseñoreando del país y que tiene control de las instituciones encargadas de la seguridad.
¡El costo de un día de la guerra en Irak es el equivalente a lo que se asigna anualmente a estos países para luchar contra el narcotráfico! Visto de cualquier manera, es una afirmación que llora sangre y que demuestra el absurdo de la política norteamericana al enfrentar a la que constituye la mayor amenaza para su seguridad nacional. Porque el avance de los carteles violentos en México y Guatemala es apenas el preludio de lo que tendrán que enfrentar con el paso del tiempo, toda vez que éstos se darán cuenta de la indiferencia de Washington y ocuparán espacios desplazando a las mafias y carteles de los norteamericanos.